Una persona ‘supercontagiadora’ en la expansión del virus es la que tendría una mayor capacidad para transmitir un virus causante de enfermedades infecciosas.

En todas las epidemias hay diferentes patrones de transmisión, y uno de ellos es el del ‘supercontagiador’.

Quienes tienen más probabilidades de ser ‘supercontagiadores’ del virus, causando hasta el 80% de casos al exhalar más partículas infectadas que el resto de la población son:

· Personas con obesidad

· Personas ligadas a mayor edad

· Personas con la infección por covid-19

Estos tres aspectos están relacionadas con la propensión a exhalar más gotitas respiratorias, que son las principales propagadoras del SARS-CoV-2. Concretamente, los que más partículas de este tipo expulsan son las personas de mayor edad, las que tienen un índice de masa corporal más elevado y las que tienen un grado creciente de infección por covid-19, que exhalan hasta tres veces más aerosoles que los demás.

Un 18% de las personas representan el 80% de las partículas exhaladas, lo que refleja una distribución de aerosoles que sigue la regla 20/80 ya observada en otras epidemias de enfermedades infecciosas. En resumen: el 20 por ciento de los individuos infectados son responsables del 80 por ciento de las transmisiones. Son los conocidos como ‘supercontagiadores’.

Aunque los resultados de estudios muestran que los jóvenes y sanos tienden a generar muchas menos gotas que los mayores y menos sanos, también demuestran que cualquiera de nosotros, cuando se infecta con covid-19, puede correr el riesgo de producir un gran número de gotas respiratorias, convirtiéndose así en un ‘supercontagiador’.

Algunos ejemplos son que a primeros de marzo, una sola persona contagió a otras 52 durante el ensayo de un coro en el estado de Washington en Estados Unidos. O en España también hay casos documentados en los que unos pocos individuos habrían sido capaces de infectar a una gran cantidad de gente.

Se trataría en cada uno de los casos de personas que por algún motivo desconocido habrían sido portadoras de una elevada carga viral y, o bien se encontraban en las primeras fases de la infección, antes de manifestar síntomas, o bien habrían pasado la enfermedad de forma asintomática. De todos modos, más allá de esas hipótesis, lo cierto es que hoy por hoy no se conocen cuáles son las características, si es que las hay, que contribuyen a que una persona tenga más capacidad de transmitir el virus.

Como ya hemos dicho, se estima que en el caso del SARS-Cov-2 un 20% de los contagiados podría estar contribuyendo al 80% de las infecciones, e incluso ya se empieza a hablar de que esa relación podría llegar a ser de 10-90. Pero para que se produzca este contagio masivo no basta con ser portador de una elevada carga vírica, también hay que estar en el lugar adecuado y en el momento adecuado.

Factores que son amplificadores y que aumentan mucho la probabilidad de que se dé una transmisión:

· Entornos cerrados

· Gran número de personas alrededor

· Contacto continuo

Tenemos muchos ejemplos de eventos de superdispersión. En la industria agroalimentaria y de procesamiento de carnes hay un riesgo elevado de sufrir brotes por ser gente que trabaja en contacto estrecho en un entorno cerrado en el que hace frío, hay ruido, (hay que gritar más) y eso es el caldo de cultivo perfecto. También lo son los bares y restaurantes donde a veces se habla alto o se grita, por el consumo excesivo de alcohol.

Hay una mezcla de ambas situaciones: eventos y personas. Detrás de estos patrones de transmisión se esconde la figura del ‘superdispersor’. Se pueden mezclar ambas cosas, tanto ‘supercontagiadores’ como grandes eventos de contagio. No podemos separar exactamente cuántos de esos casos han sido frutos del contagio desde una única persona o de varias.

Sabemos que cerca del 40% de la población que ha pasado la covid-19 lo ha hecho de forma asintomática, así que muchos de esos ‘supercontagiadores’ no podían ni pueden saber que lo están trasmitiendo. Por eso creo que es mejor evitar el término de ‘supercontagiador’ y mejor hablar de eventos de superdispersión donde se dan todas las condiciones que amplifican las posibilidades de contagio masivo. Evidentemente hay un factor dependiente de la persona, no todo el mundo transmite el virus, pero esta capacidad se amplifica mucho en función del tipo de actividades que se realicen.

Nos encontramos frente a la pandemia más devastadora del siglo XXI. Cada día hay nuevas publicaciones y datos, pero todo va muy deprisa y se traslada a la sociedad casi sin filtrar, generando una avalancha de sobreinformación sobre la ciudadanía que puede confundir. La figura del ‘supercontagiador’ puede generar estigmas.

A nivel científico, desde el punto de vista práctico podemos pensar que no existen grandes diferencias entre eventos de superdispersión o personas superdispersoras, a fin de cuentas es un supercontagio. Pero creo que es muy importante conocer cuál es el modo de transmisión, saber cuáles son los mecanismos moleculares que subyacen en un súpertransmisor. Si los llegamos a conocer va a ser un avance muy interesante que nos ayude a luchar contra el virus. Lo que nos debería quedar claro a la ciudadanía es que cualquiera de nosotros podría ser un ‘supercontagiador’.

Potencialmente todo el mundo puede transmitir, y por eso es tan importante mantener las distancias, usar las medidas de protección y evitar en la medida de los posible los eventos en los que se reúnan todas las circunstancias que podrían desencadenar un contagio masivo. A pesar de que todo esto empezó hace un año, es importante seguir haciéndolo.