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El cierre de camas colapsa las urgencias de Son Espases y les obliga a reabrir 36

La situación se complicó al derivarles el comarcal de Inca, también saturado, seis enfermos

Imagen tomada ayer a las tres de la tarde en Urgencias de Son Espases, con pacientes ubicados en lugares no habituales. DM

El servicio de Urgencias del hospital de Son Espases padeció una noche toledana el pasado lunes al combinarse dos factores que formaron una tormenta perfecta: el cierre de hasta cien camas hospitalarias decidido como medida de ahorro por la escasa utilización de las mismas unido a la recuperación de la actividad quirúrgica que obliga a reservar una plaza hospitalaria para los pacientes intervenidos.

Tras una larga noche, el día amaneció con hasta 40 pacientes aguardando en el área de urgencias que quedara vacante una cama en planta. Y algunos de ellos llevaban en el área de observación entre 60 y 65 horas, denunció uno de los facultativos del servicio. Esta circunstancia obligó a la gerencia hospitalaria a moverse con rapidez y, según aseguraron, a primera hora de la tarde de ayer ya habían reabierto 36 camas con las que ir drenando poco a poco el colapso asistencial padecido.

Dos días en observación

«Teníamos a pacientes hacinados por todas partes que dificultaban la labor de los médicos e imposibilitaban la actuación de las enfermeras», explicó uno de los facultativos afectados, que aseguraba además que los «retrasos en la primera atención llegaban hasta una hora».

«También ha sido normal durante los últimos días que algunos pacientes esperaran hasta dos días en la sala de observación a que quedara una cama libre», añadió subrayando que la mañana de ayer amanecieron en observación «tres o cuatro enfermos que llevaban allí entre 60 y 65 horas».

Desconocían las fuentes sanitarias consultadas los motivos de la repentina presión asistencial. Pero sí señalaron que la pasada noche recibieron a varios pacientes derivados desde el hospital de Inca, trasladados no se sabe por qué razón.

Lo que sí lamentaron y criticaron es que la dirección médica del hospital hubiera decidido cerrar hasta cien camas, otras fuentes hablaban de tres plantas de hospitalización, al parecer por motivaciones económicas. Un cierre de recursos asistenciales que ya duraría varios días, al menos desde la semana pasada.

«Hemos tenido a enfermos en áreas no preparadas para ello, como la zona de camillas. Y no solo es eso, las salas de espera estaban abarrotadas de pacientes y sus acompañantes a unos niveles más propios de prepandemia», deploraba uno de los médicos consultados, recordando que la crisis sanitaria provocada por la covid-19 aconseja evitar las aglomeraciones de personas.

El hospital de Son Espases admitió que su servicio de Urgencias se vio desbordado por una inusual afluencia de pacientes -hasta 403 personas abarrotaron las dependencias hospitalarias-, más propia de días anteriores a la pandemia de covid-19 periodo en el que, recordaron, la llegada de enfermos se redujo en torno a un 40%. «La media de pacientes al día en Urgencias durante 2019 era de 432 pacientes que en 2020 se redujo hasta los 314 y en lo que llevamos de año ha quedado en 306», señalaron.

Para hacer frente a esa demanda asistencial, Son Espases decidió abrir ya el lunes por la tarde seis camas que se sumaron a las 12 que afirmaron haber abierto a lo largo de la mañana de ayer y que se completarían con otras 18 que estaba previsto que se equipasen y se dotaran de personal para atenderlas a partir de las tres de la tarde. Según sus cuentas, en total se reabrieron un total de 36 camas entre última hora del lunes y ayer por la tarde.

Traslados de Inca «Aquí no les vamos a poder atender mejor»

En relación a la derivación de pacientes desde el hospital de Inca, circunstancia que habría agravado la situación en el propio Son Espases, fuentes médicas señalaron que a última hora del lunes, les llamaron desde el centro comarcal para comunicarles que su servicio de Urgencias estaba colapsado y que tendrían que enviarles a algunos enfermos. «Bueno, vosotros veréis, pero tened en cuenta que aquí tampoco estarán muy bien atendidos porque nuestra situación asistencial también es mala», les habrían contestado. Al final, desde Inca llegaron seis pacientes al hospital de referencia en el transcurso de una larga noche.

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