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La mortalidad total en Baleares está por debajo de los años previos a la covid

El número de defunciones por las distintas causas durante los meses de febrero y marzo se ha situado en niveles inferiores a los correspondientes a la media de 2018 y 2019, el ejercicio con menor cifra ajustada de muertes en la historia de la comunidad

Ciudadanos cruzan las Avenidas de Palma.

Los fallecimientos en UCI o en residencias de la tercera edad han pautado el primer año de pandemia en Baleares. Espoleada por la covid, la mortalidad por todas las causas se disparó a finales de 2020 y principios de 2021. Durante casi dos meses consecutivos, se superó el listón sin precedentes de las doscientas defunciones semanales en la comunidad. Sin embargo, esta tendencia se quebró de modo abrupto a partir de febrero, coincidiendo en el tiempo con la vacunación de profesionales sanitarios y de las personas institucionalizadas. Así se desprende de los datos sistematizados por el Instituto Nacional de Estadística

La reducción ha sido tan drástica que la mortalidad en Baleares se ha instalado desde hace dos meses por debajo de los años previos a la pandemia. En el gráfico adjunto se observan los excelentes datos de la media de los años 2018 y 2019, por comparación con las cifras desbocadas del año pasado a partir del mes de marzo. De hecho, la superposición de las líneas quebradas correspondientes resalta la mortandad asociada a las tres grandes oleadas del coronavirus hasta la fecha.

La sorpresa surge en 2021. Al tabular los datos correspondientes del INE para enero, se observa que la mortalidad por todas las causas se disparaba durante sus cuatro semanas. Con 106 fallecidos, febrero fue el tercer mes con mayor impacto mortal causado por la covid, solo por detrás de este enero y de abril de 2020. Sin embargo, la suavidad de la temporada de la gripe propició un descenso respecto a la media previa a la covid.

Número de defunciones semanales durante el brote de covid-19 DM

La tendencia a la bonanza se acentuó en marzo. Las diferencias con la media de referencia 2018/19 no solo superan los veinte fallecimientos semanales, sino que se rebaja la cifra de 150 óbitos en dicho lapso. De este modo, y en plena pandemia, los dos meses finales del invierno rematan una de las marcas históricas más positivas de Baleares.

El punto de inflexión de febrero adquiere mayor relevancia al recordar que 2019 es el año con una tasa de mortalidad más moderada de la historia de Baleares. El índice quedó anclado en 6,7 muertos por cada mil habitantes. De prolongarse la tónica actual, un 2021 con pandemia puede conllevar menos óbitos que los últimos ejercicios con una elevada tasa invernal.

Una cuarta oleada, o la pérdida de protección de las vacunas anticovid con el tiempo, podría conllevar el empeoramiento de los datos de 2021. En las coordenadas vigentes, participa en la liza por el ejercicio más benévolo de la historia de la comunidad. El examen de la gráfica demuestra que el comienzo de 2020 también fue suave en Baleares, tal vez en consonancia vírica con la mortalidad sobrecogedora de marzo y abril.

La dura temporada de la gripe en 2018 y 2019 no disparó ninguna señal de alarma, ni obligó a adoptar restricciones aplicadas hoy con índices de mortalidad muy inferiores. En la valoración más optimista, el comportamiento registrado en Baleares preludia la evolución de la pandemia hacia la afección de índole gripal avalada por el cardiólogo Valentín Fuster, ahora lejos de la confusión en los meses iniciales de la covid.

A la cola en inmunización

Las cifras positivas de mortalidad eran previsibles por estas fechas con respecto a 2020, pero chocantes frente a años anteriores. La asignación inmediata a la vacunación debe tomar en cuenta que Baleares marcha a la cola española en inmunización. A pesar de que la comunidad está asimismo más de un punto por debajo de la media estatal en las pautas completas de la «población institucionalizada», según los datos más recientes del ministerio de Sanidad, los datos diarios reflejan que esta protección resulta suficiente para neutralizar casi por completo y de momento la propagación del coronavirus. Todo ello en un ámbito de residencias que congregó por encima del treinta por ciento de los fallecimientos totales.

La reducción radical del impacto del coronavirus se refleja también en los datos diarios sobre la incidencia entre el personal sanitario, incluido en las primeras fases de la vacunación. A nivel estadístico, los trabajadores de la salud en contacto con enfermos de covid corren hoy menos riesgo que una persona no inmunizada en su quehacer cotidiano.

Entre las interpretaciones del viraje de febrero y marzo, la gelidez numérica apunta a que la sobremortalidad de 2020 puede haber contribuido a aliviar los datos actuales.

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