La activista Helena Maleno denunció ayer que ha sufrido «una deportación violenta y hostigamiento» por su labor en la defensa de los derechos humanos, después de que el pasado 23 de enero le fuera denegada la entrada a Marruecos, país en el que reside con sus hijos desde hace 18 años.

Maleno, periodista e investigadora especialista en inmigración y trata de seres humanos, colabora como activista en la ONG ‘Caminando Fronteras’ y es reconocida internacionalmente, principalmente, por su labor alertando a Salvamento Marítimo de la presencia en el mar de pateras.

Precisamente hace dos semanas la Universitat de les Illes Balears (UIB) nombró a Maleno doctora honoris causa por su trayectoria cívica en defensa de los derechos humanos, y especialmente de las personas migrantes.

En 2018, fue investigada por la policía de Marruecos acusada de tráfico de personas en el país. De estas acusaciones, de las que salió absuelta, podría haber sido condenada a cadena perpetua.

Es por eso que Maleno enmarca su situación actual en el «cuadro de violencia» que lleva sufriendo «durante varias décadas». Tal y como explicó, lleva «años» sufriendo criminalización, tanto por parte de las autoridades marroquíes, como por la Policía española, que ha desembocado en su deportación hace dos meses.

«La situación a la que me llevo enfrentando en los últimos años es insostenible para mí y para mi familia. Mi trabajo es defender el derecho a la vida de todas las personas y eso no es delito. Lo único que pido es que se protejan mis derechos fundamentales y los de mi familia y que la labor de las defensoras de derechos humanos no sea criminalizada», denunció.