La pandemia ha desencajado absolutamente todo. A un emporio empresarial como Aena, las restricciones a la movilidad para tratar de contener la propagación de la covid-19 le supusieron cerrar en 2020 con pérdidas que rozaron los 2.263 millones. Hacía ocho años que no tenía caída de ingresos. Sobre la recuperación del tráfico, el gestor de los aeropuertos no prevé alcanzar los niveles precisos hasta dentro de seis años, en 2027, con una caída este ejercicio del 65%. Este escenario «pesimista» incluye a Son Sant Joan.

La estimación más «optimista» apunta a que se logrará recobrar la cota de 2019 dos años antes, en 2025. En este caso, este incierto 2021 se cerraría con un descenso del 50% respecto a las cifras récord de viajeros alcanzadas antes de la propagación del virus.

Estas hipótesis las plantea Aena como un indicador de deterioro de acuerdo a la normativa contable, es decir, en el contexto de las pautas que debe seguir la empresa para asegurar que sus activos no estén sobrevalorados respecto a sus planes de recuperación. Así se expone en su Informe de Gestión Consolidado 2020, en el que da cuenta de la información económica y financiera de la compañía semipública relativa a su actividad durante el ejercicio del año pasado.

Hay que recordar que la sociedad gestiona 46 aeropuertos y 2 helipuertos en España y participa en la gestión de otros 23: el londinense Luton (del que tiene un 51% del capital) y 22 en América (6 en Brasil, 12 en México, 2 en Colombia y 2 en Jamaica), según se enumera en el perfil de la compañía en su web, en el mismo que se presenta como la número uno a nivel mundial en gestión aeroportuaria. Además, presta servicios de consultoría a la empresa cubana de Aeropuertos Cuba-Ecasa.

Toda la actividad de las compañías del Grupo Aena estará condicionada a la evolución de la pandemia, y, hoy por hoy, con la alta incidencia de la enfermedad, la lentitud de la vacunación en la UE y las restricciones a la movilidad, no hay visos de recuperación del tráfico, a pesar del incremento puntual de los vuelos por las vacaciones de Semana Santa. «No es posible anticipar en qué momento se iniciará la recuperación», advierte el organismo dirigido por Maurici Lucena.

En esta coyuntura Aena, partiendo de que es complicado hacer estimaciones, plantea dos hipótesis. La «más pesimista» se basa en la recuperación del tráfico de 2019 en 2027, previendo para este año un descenso del 65% respecto a aquel último buen ejercicio. En «el escenario más optimista» se volvería a las cifras de hace dos años en 2025, y este 2021 la caída sería del 50%.

El año pasado, la crisis se llevó por delante 23,6 millones de pasajeros en el aeropuerto de Palma: solo se registraron 6,1 millones. A nivel estatal, el tráfico de viajeros cayó hasta los 76,1 millones, 199 millones menos que en 2019, cuando se alcanzaron 275 millones.

En el informe se indica que el impacto del coronavirus en el sector aéreo en España y a nivel mundial «no tiene precedentes históricos desde la Segunda Guerra Mundial». El tráfico aéreo «siempre» ha mostrado una tendencia creciente, duplicándose cada quince o veinte años, a pesar del 11S de 2001, la crisis de 2008 y anteriores pandemias como el SARS de 2003 o la gripe aviar, con bajo impacto geográfico.

Según Eurocontrol, en 2020 se recuperará el 51% del volumen de tráfico del continente de 2019, con un aceleramiento a partir del verano. La vuelta a la normalidad la señala para 2026, igual que los principales organismo aeronáuticos internacionales.

En el caso de Son Sant Joan, el aeropuerto más estacional de Aena, su actividad en la temporada alta dependerá de que se logre recobrar a los pasajeros alemanes y británicos, más complicado en este segundo caso si los viajes al extranjero no se reanudan a partir de mayo.