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Bartomeu Massutí: «Los diagnósticos de cáncer han disminuido un 20% por el coronavirus»

«La situación que vivimos ha desbordado los recursos de los que la sanidad dispone», explica el oncólogo ‘felanitxer’, uno de los mejor considerados en su especialidad

Bartomeu Massutí, oncólogo mallorquín afincado en Alicante.

En esos tiempos de pandemia ¿no ha quedado el cáncer un tanto relegado en la sanidad?

Sin duda, la pandemia, la covid, ha generado todo un impacto en lo que son los sistemas de atención sanitaria, y me refiero a occidente ya que me cuesta imaginar lo que debe pasar en otras latitudes en las que la estructura sanitaria es precaria o inexistente. Ciertamente la situación que vivimos ha desbordado los recursos de los que la sanidad dispone, incluida la hospitalización, ya que las infecciones han crecido exponencialmente. Todo ello ha tenido sus consecuencias sobre otras enfermedades como el cáncer.

¿Dónde nos encontramos en este momento?

Algunos ya lo dijimos en los inicios de la pandemia: después de las diferentes olas que pudieran surgir, llegaría un problema añadido, el aumento de las enfermedades crónicas, y el cáncer es una de ellas. Y eso no es todo, no debemos despreciar la proliferación de enfermedades psicológicas, que también utilizan recursos.

¿Cuáles han sido las líneas de actuación para paliar esos problemas?

Primero mantener la asistencia de los enfermos ya diagnosticados y hacerla compatible con las demandas de los enfermos covid. Y creo, sinceramente, que más o menos se ha conseguido. Globalmente la asistencia a los enfermos oncológicos ya diagnosticados se ha mantenido durante la pandemia. Pensemos que el cáncer es una enfermedad prioritaria.

¿Podría suceder que personas que esperaban un diagnóstico, no lo tuvieran en el momento adecuado por causas de la pandemia y que luego fuera irreversible?

Lo que realmente ha sucedido, y hablo con datos en la mano que nos llegan de Europa y Estados Unidos, es una disminución de nuevos diagnósticos de cánceres. Estamos hablando de un veinte por ciento menos de diagnóstico mensual, aproximadamente, en la primera oleada y de poco menos en las siguientes; siempre comparando con las cifras de años anteriores sin covid. Quiero decir que, si comparamos los diagnósticos de cáncer de un mes concreto con el mismo mes del año anterior, entonces la cantidad ha disminuido. Ahora bien, las causas pueden ser diversas, no todas aplicables al retraso en la atención, sino que debemos contemplar las provocadas por posibles miedos de pacientes que eran reticentes a visitar un hospital. Con todo ello no quiero restar culpas a la administración, que ha tomado medidas, muchas de ellas discutibles, como el cierre de centros de salud y el retraso en la utilización de elementos radiológicos. También se han dejado para más adelante algunas intervenciones quirúrgicas pues algunos quirófanos se reconvirtieron en salas para enfermos críticos y si disponías de uno para cirugías de alta complejidad y prioritarias, a lo mejor no disponías de salas de reanimación posterior. En una palabra, ha habido cierto caos administrativo.

¿Cuál es el coste de esa situación?

Un coste en resultados, retrasar el diagnóstico tiene sus consecuencias. Cuanto más tarde se diagnostique un cáncer, menos son las posibilidades de curación.

Intentando ser positivos, los estudios que se han hecho servir de cara a conseguir las vacunas ¿pueden servir en el caso del cáncer?

Ciertamente hay una relación y más estrecha de lo que la gente cree. Las vacunas basadas en el ácido ribonucleico se desarrollaron a partir de una tecnología que ya se desarrollaba para estudiar posibles vacunas contra el cáncer. En este sentido ya existía una línea de investigación básica y previa a la pandemia. Por lo tanto, el estudio de una vacuna contra el cáncer ha acelerado la obtención de vacunas contra la pandemia.

¿Vacunas contra el cáncer?

Claro, el desarrollo de un cáncer, en el fondo, se debe a una respuesta inmunitaria disminuida del cuerpo. Y a día de hoy, ya disponemos de recursos de inmunoterapia que desbloquean la respuesta inmune. Las vacunas intentan estimular esa respuesta.

Si bien hoy los virus son los malos de la película, ¿podría ser que también sirvieran para algo bueno en el tratamiento del cáncer?

Sí, y ya se hace. Se utilizan virus para que hagan de transmisores de medicamentos. No es cosa fácil, pero existen líneas de investigación al respecto.

Están vacunados todos sus pacientes oncológicos?

No. Y es una cosa que diferentes asociaciones y organismos científicos hemos denunciado. Si bien a priori hubo cierta discusión sobre si las vacunas podían afectar negativamente a los enfermos de cáncer, una vez comprobado que no era así, entonces se ha decidido incluir a esos enfermos entre la población de riesgo y a pesar de que el Consejo Interterritorial de Salud ha aceptado priorizar la vacunación de los pacientes oncológicos, todavía no hemos recibido ninguna línea de actuación en este sentido.

¿Los enfermos de cáncer tienen un riesgo mayor de infectarse de coronavirus?

No, pues están muy sensibilizados y han sido más estrictos en aplicar las medidas de protección que todos deberíamos seguir. En cambio, una vez infectados, el pronóstico es mucho peor que el de otras personas sin cáncer.

¿Debemos hablar de cáncer o de cánceres?

Sin duda de cánceres, pues no hay uno solo, hablar en plural es apropiado en este caso. Y, además, cada uno tiene su propio tratamiento, que puede ser local, como la cirugía, la radioterapia o sistémico como la quimioterapia o la inmunoterapia. La combinación de tratamientos es lo que realmente funciona, ahora bien, cada cáncer es un caso en sí mismo.

La inmunoterapia ¿en qué consiste?

Es sin duda un tratamiento en el que se consiguen muchos avances y lo que hace es desbloquear un freno a la respuesta inmunitaria creado por el propio tumor.

¿Existen hospitales de referencia por lo que a tratamiento del cáncer se refiere?

La investigación está muy regulada, puede haber centros que dispongan de mayores recursos, pero todo tratamiento está regulado y debe pasar unas fases antes de ser utilizado. Una vez demostrado que es eficaz y seguro, debe presentarse a las agencias reguladoras, que aprueban o no el tratamiento. Lo que quiero decir es que un hospital no puede ir por libre. Ahora bien, están los problemas de equidad, del poder acceder a un medicamento porque la sanidad pública lo apruebe y financie o no. Los retrasos en la aprobación y financiación se han agudizado con las crisis, especialmente en España.

¿Viviremos sin el cáncer algún día?

El cáncer, los cánceres, son enfermedades genéticas. Es un error pensar que viviremos sin el cáncer, pues es una enfermedad inherente al crecimiento y a la evolución. No podremos estar libres de cáncer pues somos seres vivos. Es una enfermedad ligada a la vida animal. De hecho, se han diagnosticado cánceres en seres vivos pluricelulares, vegetales y animales.

¿Cuál es el cáncer más común?

Estos días se han mostrado estudios que indican que es el de mama, ahora bien, el de pulmón es el que tiene los mayores índices de muerte y por tanto es un problema sanitario muy preocupante.

¿Cómo ha influido sobre el número de enfermos la prohibición de fumar en espacios públicos?

En cuanto a hombres sí ha disminuido, de forma global no, pues en las mujeres ha aumentado la adicción al tabaquismo. Y más si nos centramos en la adolescencia. Las adolescentes fuman más que los adolescentes, esto es un hecho. En España, entre un veinte y un veinticinco por ciento de las personas, fuman habitualmente. Por otra parte, pensemos que el periodo de latencia de un cáncer puede ser de entre una o dos décadas, así que los que fueron fumadores están en riesgo durante mucho tiempo.

Aquel cigarrillo que fumé a los dieciséis años, ¿me pasará factura de mayor?

La incidencia del tabaco tiene que ver con la intensidad y la duración. Cuanto más tiempo lleves fumando y cuantos más cigarrillos lleves de media diaria, eso sí te pasará factura a la larga. Después de veinte o treinta años de haber dejado de fumar, el riesgo empieza a ser equiparable al riesgo medio de la población. Debemos trabajar mucho el tema de la adolescencia.

Y el estilo de vida ¿cómo influye?

La dieta, el sedentarismo y el sobrepeso, son los tres elementos a tener en cuenta. Incluso, considerados globalmente, pueden ser factores de riesgo más importantes que el fumar. El estrés lo que hace es disminuir la inmunidad y por tanto parece que ayuda a aumentar el riesgo de cáncer.

¿Cómo se diagnostica un cáncer?

Siendo sintético diría que necesitamos una prueba de imagen (mamografía, resonancia, TAC…) y la biopsia de un tejido.

¿Qué papel juegan los medios de comunicación?

Existe un miedo social al cáncer, pues se asocia a la muerte y al sufrimiento. Todo lo que ayude a desmitificar esos conceptos será bien recibido, sea a través de la prensa o a través de personas que puedan ser consideradas ‘modelos a seguir’. Debemos hacer ver que no todo es sufrimiento, sino que hoy disponemos de muchas maneras que pueden hacer compatible cáncer con calidad de vida sin dolor.

¿Y si un paciente no quiere tratamiento?

Pues se le respeta. Debemos darle toda la información para que lo medite, pero aun así no tenemos derecho a juzgarle. Le atenderemos para que no sufra y le acompañaremos, eso sí; pero se le respeta, él tiene la última palabra.

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