Que implantar al cien por cien el programa de detección precoz del cáncer de colon es tremendamente «coste-efectivo» es algo muy evidente con las cifras que aporta el doctor Reyes.

«Esta claro que los cribados de cáncer colorrectal no solo salvan vidas, sino que también ahorran dinero al sistema sanitario público. Mientras que el tratamiento de un tumor en estadio 4 (el de progresión más avanzada) cuesta en torno a los 150.000 euros, uno en estadio 1 implica un desembolso de unos 20.000. Y con la diferencia de que mientras este último paciente se salva, el primero lamentablemente fallece», detalla el digestólogo.

La supervivencia a los cinco años del diagnóstico de un paciente con un tumor en estadio 1 es del 95%. En el estadio 4 oscila entre el 5% y el 10%. «En España se gastan cada año unos 2.500 millones de euros en tratamientos de cáncer de colon. Con estos cribados poblacionales, con una inversión de mil euros se consigue un año más de vida para los pacientes con esta patología», añade el doctor Reyes defendiendo que toda la inversión realizada en ellos retorna en muy poco tiempo.

En relación a cuál sería el principal problema a la hora de implantar al cien por cien este programa de detección precoz, el especialista apunta a la contratación de más digestólogos.

En Baleares trabajan médicos de esta especialidad con la experiencia en la interpretación de las pruebas endoscópicas necesaria para participar en estos programas, pero se debería contratar a otros más jóvenes y con menos experiencia para realizar lo que los digestólogos veteranos tendrían que dejar de hacer para dedicarse a ellos, explica.

Este programa de detección precoz se realiza sobre la población de entre 50 y 69 años. Ha de aceptar participar, ir a recoger el test de sangre oculta en heces a una farmacia y entregarlo al laboratorio. En caso de ser positivo, se le hace una colonoscopia. Si sale negativo, nada. Este proceso se repite cada dos años hasta que el usuario cumpla los 69.