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Boulevard | El segundo plan piloto ha salido peor que el primero

Bárcenas negó repetidamente las comisiones del PP, que entonces denominaba «donaciones», ante el Parlament con motivo de la investigación de Son Espases

Esta mansión mallorquina de 15 millones de euros es la más vista del mundo en el principal portal inmobiliario del Reino Unido.

La visitación del coronavirus no debería distraernos del curioso fenómeno de que Ayuso se despeina automáticamente al hablar. El encadenado de visitas de ministros a lo largo de esta semana conduce a un pregunta inmediata, ¿cuántas veces no ha venido a Mallorca la hacendosa hacendista María Jesús Montero? Así se entiende mejor el fallecido REB, del que Pedro Sánchez no sabe nada ni quiere saberlo. Recuerde dónde leyó antes que «El Gobierno entierra el Régimen Especial de Balears», y exija responsabilidades a quienes nos cargaron con un cadáver.

La tranquilizadora vacunación masiva del tres por ciento de la población mallorquina, ha de ser compatible con la admirable teoría que establece la subida de los contagios, en cuanto se permite abrir los bares. Salvo los días en que bajan, como los pasados martes y jueves, cabría añadir. Ahora sé por qué se han multiplicado los nuevos casos estas semanas en la India y en París, al enterarse de la apertura en la isla. Y la transmisión mallorquina descendió con el mero anuncio del cierre de interiores, antes de su consumación que no consumición, en un ejemplo de la obediencia del virus a las autoridades.

El segundo plan piloto turístico ha salido peor que el primero. Discrimina a los nativos y arruina la imagen exterior de Mallorca. Hoy, el Reino Unido nos veta y Alemania nos ve como el enemigo. El pasado domingo en hora punta, la RTL planteaba el debate «¿Se deben permitir las vacaciones en Mallorca?» Llevamos un año viviendo entre interrogantes. Y muriendo, si hace falta. Por segundo año consecutivo, los países emisores nos han arrancado de nuestra locura.

Cada semana les ofrecemos el parte médico de TUI, el gigante con pies de barro sobre el que descansa Mallorca. Pues bien, Die Welt informa esta semana de que «el turoperador se muere, solo le queda una última esperanza». Uno de los presentes en la junta de accionistas preguntó al máximo ejecutivo, Fritz Joussen, si el daño en imagen de los viajes adelantados a Mallorca podía superar a los ingresos. Aquí ya conocemos la respuesta.

Pese a ello, en la foto que hoy nos ilustra se reaviva la fijación que ingleses y alemanes comparten por Mallorca. El principal portal inmobiliario británico se llama Rightmove, y ha tabulado las cinco propiedades más vistas de todo el mundo desde el Reino Unido. Una casa colonial en Florida, una fortaleza de siete plantas en Manhattan, y la mansión en el litoral mallorquín que puede ser suya por solo quince millones de euros. Consta de nueve habitaciones, ventanas del suelo al techo, piscina interior y exterior. No vienen, pero nos siguen mirando.

Un síntoma infalible del renacer turístico es la implantación de las prostitutas nigerianas en su enclave habitual de la Playa de Palma, el explosivo que necesitan los dinamiteros de la temporada. Mañana vuelo a Düsseldorf como mallorquín por la mañana, y regreso a Son Sant Joan como turista por la tarde, rehabilitado por los hoteleros que me tratarán a cuerpo de rey.

Mientras tanto seguimos a la cola de la vacunación, que también debe ser culpa de la relajación de los nativos, y nada se sabe de la superflua Agencia de Salud Pública, que tan bien quedaba en las ruedas de prensa. En la prosa oficial de «salvar vidas», los ingresados o fallecidos hoy por coronavirus son culpa de la parálisis vacunadora.

Leo en titulares que «La patronal Pimec se moviliza para fabricar la vacuna rusa en Cataluña». Recuerde dónde leyó antes esta hipótesis afincada en Mallorca, aunque irrealizable con las patronales adoratrices del Govern. También nos ha copiado el alcalde Joan Monjo de Santa Margalida, al replicar la evidencia de que Juan March ya hubiera vacunado a todos los mallorquines. Cobrando, claro. Y quienes critican al munícipe será porque prefieren vivir a merced del virus.

Bárcenas negó repetidamente las comisiones del PP ante el Parlament que investigaba Son Espases, transformando la caja B en un receptáculo de «donaciones». Tras su meridiano cambio de opinión, podría ser interpelado por mentir ante una comisión parlamentaria, aunque dudo que una nueva acción judicial le genere una ansiedad suplementaria.

Reflexión dominical cívica: «Ciudadanos ha resultado ser Ciudadanes».

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