El Gobierno alemán por fin ha hecho público este viernes cómo va a controlar a los alemanes que están saliendo al extranjero para pasar unas vacaciones no recomendadas por Angela Merkel. A partir del la madrugada del próximo martes, a las 00: 00 horas del día 30 de marzo, entra en vigor la obligación de presentar una prueba negativa de covid-19 para poder volver al país. Estará vigente de momento hasta el 12 de mayo. 

En la directriz del ministerio de Salud se detalla que los test que se han de presentar pueden ser PCR o antígenos, pero descarta los de anticuerpos (en el caso de que ya se haya padecido el coronavirus). "Aquellos que no tengan una prueba negativa no serán llevados", afirma el ministro federal de Salud, Jens Spahn.

Las pruebas son obligatorias para los mayores de 16 años y las tienen que pagar los propios viajeros de su bolsillo. Además, Merkel advierte que Alemania no se hará responsable de los alemanes que se den positivos en los test, deberán quedarse en Mallorca guardando cuarentena.  

La modificación legislativa está hecha expresamente para evitar el desembarco de alemanes en la isla, pues especifica que afecta al transporte aéreo y exime a los que se trasladen por carretera.

El Ejecutivo germano que no ha conseguido por ahora prohibir los viajes al extranjero para controlar la pandemia explica a través del ministerio de Salud que es de obligado cumplimiento el nuevo requisito para todos los pasajeros, no solo los que vuelven de Mallorca, como se cita textualmente, según la información que brinda de forma oficial. 

La modificación legal ha tardado en llegar y se produce cinco días después de que la canciller alemana, Angela Merkel, y los jefes de gobierno de los Estados federados acordaran el pasado lunes, tras una tensa reunión de más de once horas, dar un paso atrás en su desescalada ante el repunte de la incidencia del virus. Entre las nuevas restricciones que Merkel anunció en el país, desaconsejó a sus ciudadanos viajar al extranjero y adelantó que se exigirían test negativos a todos aquellos que regresen a Alemania, independientemente de si es una zona de riesgo de coronavirus o no, como Mallorca, que dejó de serlo el pasado 12 de marzo. La demanda de viajes a la isla ha sido la que ha motivado esta decisión y la fijación de la canciller de tratar de evitar los desplazamientos a Baleares.

Según informó este jueves Spiegel Online, Merkel dijo que removería "cielo y tierra" para la prohibición de los viajes al extranjero y que no puede ser "que no podamos evitar que la gente vuele a Mallorca".