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Madrid regatea las vacunas Pfizer y Moderna a Baleares, pero no AstraZeneca

A la cola estatal de la vacunación con menos de un tres por ciento de la población en el primer trimestre, la comunidad se ve discriminada en el suministro de los fármacos más efectivos

Entre las vacunas también hay clases, y Balears está saliendo malparada en la distribución de los fármacos contra la covid. Según los datos actualizados el lunes por el ministerio de Sanidad, la comunidad se ve postergada en el suministro de los preparados de Pfizer y Moderna, en torno a los cuales se ha impuesto un consenso sobre su mayor efectividad y precio. En cambio, las entregas del polémico producto de AstraZeneca respetan escrupulosamente los coeficientes demográficos. La excusa oficial de que se ha atendido a la escala por edades no explica en ningún caso el desfase en detrimento del archipiélago.

El Gobierno «ha entregado a las comunidades autónomas» algo más de cinco millones de dosis de la vacuna de Pfizer. Por un simple coeficiente demográfico, a Balears le corresponderían 127 mil, cuando en realidad ha recibido 87 mil siempre según los datos oficiales. Es decir, casi un cincuenta por ciento menos de la media, por encima de cualquier factor corrector ideado para ajustar la discriminación.

El desfase se mantiene en términos idénticos con la vacuna de Moderna, concebida con la misma técnica del ARN mensajero de Pfizer. Del segundo fármaco por orden de aprobación se han repartido más de 650 mil dosis en todo el país. La cuota balear debería rondar las 16 mil unidades, y se han suministrado once. De nuevo, el dato es inferior en casi un cincuenta por ciento a la media.

Los notables desajustes se corrigen con el preparado de AstraZeneca basado en el ADN, un preparado controvertido hasta el punto de que fue retirado temporalmente y de que países como Estados Unidos mantienen las suspicacias sobre su calidad y secuelas. A Balears le corresponderían estadísticamente 49 mil dosis y ha recibido cerca de 48 mil, en una adjudicación equitativa que contrasta con los productos aprobados de otros laboratorios.

Desde el 27 de diciembre, fecha contabilizada por el ministerio como inicio de la vacunación, el Govern ha avanzado en una docena de ocasiones una vacunación «masiva», que dista de haberse producido salvo que se entienda como tal la inmunización completa de menos del tres por ciento de la población balear.

En el estadillo que resume el primer trimestre de la campaña de vacunación contra la covid, Balears sigue ocupando la posición de colista, una tónica que no ha variado desde principios de año pese a proyecciones de inmunización que suenan fantasiosas al chocar con la experiencia. En la última tanda de datos oficiales, la media española de personas con la «pauta completa» consistente en dos dosis de las tres vacunas aprobadas, se sitúa en el cuatro por ciento. En cambio, el archipiélago se estanca en el 2,8, un treinta por ciento menos que implica un retroceso muy significativo de cara a prevenir una cuarta oleada. A su vez, los resultados españoles palidecen frente al cincuenta por ciento de población completamente protegida en Israel, donde la acusada pendiente demuestra la correlación entre vacunación y contención de la pandemia.

Balears está vacunando a un ritmo inferior al uno por ciento mensual. Por lo menos, desborda la media estatal en el porcentaje de «dosis administradas sobre las entregadas», que supera el ochenta por ciento solo mejorado en tres regiones. Sin embargo, el arrinconamiento farmacológico del Gobierno del PSOE al Govern de la misma marca conlleva un desajuste en el que cuesta calibrar si pesan más las secuelas sanitarias o las económicas. 

El retraso balear se extiende a residencias

La morosidad de Balears en la acometida de la vacunación de la población en general se mantiene a la hora de contabilizar la inmunización en residencias, fundamentalmente de ancianos. España alcanza en este capítulo una cobertura del 89 por ciento «de pautas completas» entre los internados, frente al 87 registrado en el archipiélago.

A diferencia de lo que ocurre con la vacunación sin distinción de edades o de domicilio, Balears no es colista en la «cobertura de vacunación de personas institucionalizadas». Sin embargo, y siempre de acuerdo con los datos suministrados por el ministerio, hasta trece de las 17 autonomías superan las marcas del archipiélago. En concreto, Castilla y León, Aragón o La Rioja se aproximan al 95 por ciento de ancianos inmunizados. Canarias ha logrado el pleno del cien por cien en la primera dosis, aunque su 85 por ciento la sitúa por debajo de Balears en la segunda inyección.

El déficit de vacunación en residencias puede deberse a una mayor reticencia de los ancianos ingresados y de los trabajadores, que a menudo retiraban el consentimiento inicial a la hora de la verdad.


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