El conseller de Educación y Formación Profesional, Martí March, ha defendido esta mañana que la actual Conselleria no tiene ninguna relación con la falsificación de documentos que realizaron once padres en el Colegio Sant Francesc para escolarizar a sus hijos de forma irregular. "Acatamos la sentencia de la justicia pero esto es un caso que viene del 2013 en la que había una Conselleria determinada y en un contexto político totalmente distinto. Cada uno deberá asumir sus responsabilidades" ha asegurado March.

Asimismo, el propio March ha reconocido que desde la actual Conselleria llevan varios años trabajando para conseguir un proceso de escolarización justo y equitativo: "Hemos endurecido las condiciones de matriculación para asegurar que todos los documentos son verdaderos. Respecto a los certificados médicos, hemos incrementado la relación entre Salut y Educación para verificar que son los adecuados".

Enfado entre los padres

Por otro lado, desde la Federación de padres y madres de Mallorca (FAPA) han condenado los hechos ya que consideran que el sistema educativo debería garantizar la igualdad entre todos los niños para la matriculación: "Intentar hacer trampas en un proceso de escolarización es un problema muy grave, las administraciones deberían disponer de todos los filtros posibles para comprobar que los documentos son los correctos" ha defendido Albert Lobo, presidente de FAPA Mallorca. Del mismo modo, el propio Lobo ha explicado que "si en este caso han existido complicidades dentro del proceso por parte de las instituciones se deberán depurar responsabilidades".

Respecto a una posible expulsión de los niños cuyos padres falsificaron documentos para matricularlos, el presidente de la FAPA ha considerado que estos no deberían pagar los platos rotos: "El interés de los menores está por encima del resto. Por la irresponsabilidad de un adulto no deberían salir perjudicados los niños".