Un estudio liderado por investigadoras del Centro Oceanográfico de Balears del Instituto Español de Oceanografía (IEO) reveló que la ingesta de microplásticos altera el comportamiento de las doradas en cautividad. Para este estudio, durante un total de 21 días se alimentaron a tres grupos de doradas, dos con una dieta enriquecida con un 10% de polietileno de baja densidad (un plástico ampliamente utilizado en la producción de bolsas) y un tercer grupo con la dieta habitual.

De las dos dietas enriquecidas en microplástico, una había sido previamente sumergida en aguas portuarias, por lo que había sido expuesta a diversos contaminantes, simulando mejor los plásticos que se encuentran en el medio marino. Además, a lo largo del experimento, se analizaron diferentes parámetros de conducta social de las doradas, como por ejemplo la agresividad entre individuos. Finalmente, concluidos los 21 días de dieta, se cuantificaron en el hígado y en el cerebro de cada uno de los peces la presencia de biomarcadores (diferentes moléculas que indican la respuesta de las células ante elementos tóxicos).

Agresividad

Los resultados demostraron, a nivel de comportamiento, que los individuos expuestos a microplásticos tendían a ser más activos durante la alimentación, estaban más tiempo en movimiento y se comportaban de manera más agresiva entre ellos respecto a los individuos del grupo alimentado con pienso sin plástico. A nivel fisiológico, también se vieron efectos de la ingesta de estos microplásticos. En el hígado se determinaron los valores más elevados de todos los biomarcadores analizados, lo que significa que la ingesta de microplásticos activa el sistema de detoxificación celular en este órgano de manera rápida y efectiva. Con todo esto, las investigadoras resaltaron que este estudio ha permitido obtener nuevos conocimientos sobre los efectos de los plásticos en organismos de importancia comercial, como es la dorada. «Los resultados de este estudio han demostrado que un período corto de exposición a microplásticos afecta a los peces a nivel fisiológico y provoca alteraciones en el comportamiento social y de alimentación» explicó la investigadora del IEO y primera autora del estudio, Beatriz Rios-Fuster.

«Sin embargo, para poder ampliar el conocimiento sobre las posibles consecuencias de la ingesta de microplásticos sobre los ecosistemas marinos es necesario ampliar este tipo de estudios a otras especies con diferente papel ecológico», advirtió la científica. Este trabajo forma parte del proyecto: «Plásticos derivados de la acuicultura» (Acuiplastic).