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Baleares exige suprimir la reforma tributaria de las herencias en vida

El Parlament propone como alternativa limitar el castigo fiscal a las ventas a los primeros cuatro años

El diputado de El Pi, Josep Melià.

El Parlament balear exige suprimir la reforma fiscal de las herencias en vida de Baleares que planea el Gobierno. La cámara autonómica rechaza los cambios en la tributación de los pactos sucesorios propios de las islas que incluye el proyecto de ley contra el fraude que tramita Hacienda y que ha puesto el foco en esta figura del derecho civil del archipiélago. Como alternativa, la mayoría del hemiciclo plantea limitar el castigo fiscal a las ventas de bienes adquiridos a través de herencias en vida sólo si se venden antes de cuatro años. Una propuesta, esta última, apoyada incluso por los diputados del PSOE, que impulsa la reforma fiscal en el Congreso.

Mientras los pactos sucesorios se han disparado los últimos cuatro años en las islas, Hacienda ha detectado un aumento de herencias en vida en las que, una vez recibidos los bienes a través de esta figura, éstos son vendidos por el heredero, por lo que el fisco entiende que se simula la herencia para tributar menos en la venta. Por ello, el Gobierno quiere ahora modificar la ley para que cualquiera que haya adquirido un bien con un pacto sucesorio, si vende antes de la muerte del donante, pague lo mismo en IRPF que si lo hubiera vendido éste, tributando sobre la ganancia respecto a cuando se compró el bien.

Como respuesta, los partidos de las islas debatieron ayer en el Parlament una iniciativa presentada por los regionalistas de El Pi en defensa de la figura de los pactos sucesorios propios de Baleares. La iniciativa de los regionalistas logró el apoyo de la mayoría de la cámara en sus cuatro puntos, todos en la línea de las conclusiones del informe del Consell Assessor de Dret Civil que ya se pronunció en contra esta reforma del Gobierno, hoy en el Congreso.

Mientras el primero de los puntos insta al Gobierno a no aprobar ninguna modificación fiscal respecto a las herencias en vida ni a la venta posterior de los bienes y fue apoyado además de por El Pi, por el PP, Ciudadanos y Més, el segundo punto, plantea una posible alternativa: exonerar del castigo fiscal sobre la venta de los bienes heredados si se lleva a cabo antes de cuatro años y mantener la actual tributación a partir de ese tiempo, ya que se entiende que a partir de los cuatro años no puede haberse tratado de fraude.

Este segundo punto también salió adelante aunque con distintos apoyos. En este caso además de El Pi y de Més, que reclamó consenso para defender una postura única en el Congreso, se le sumó el PSOE, que quiso expresar así su apoyo a las herencias en vida, señalando que «lo que intenta la reforma es un equilibrio entre los beneficios de los pactos sucesorios y evitar su posible abuso», en palabras de la diputada socialista Maria Antònia Truyols.

Sin embargo, esta fórmula no la apoyó ni el PP ni Ciudadanos, que insistieron en la derogación de la reforma alertando de la existencia de una doble tributación. Vox se abstuvo en todos los puntos al entender que «la reforma no altera la figura de los pactos sucesorios» y defender que «todos los ciudadanos de España deberían pagar los mismos impuestos».

«El Govern debe defender el derecho civil propio y convocar una reunión urgente con el Gobierno para reconducir esta reforma legal del IRPF para defender la competencia en derecho civil», defendió el diputado de El Pi, Josep Melià, tras aprobarse el texto.

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