La conselleria de Agricultura ha presentado hoy un plan de choque para salvar la producción local y evitar que con la bajada de ventas por la pandemia muchas explotaciones agrarias y ganaderas tengan que cerrar. La consellera Mae de la Concha y el director general de Agricultura, Fernando Fernández, han anunciado ayudas por valor de 2,4 millones de euros que ya tendrán vigencia en Semana Santa y con carácter retroactivo al mes de enero.

Hay que tener en cuenta que la producción agraria y ganadera de las islas depende en un 70% de la salida que dan a sus productos los bares, restaurantes y hoteles. El cierre durante meses ha provocado que los ganaderos no puedan vender sus reses y los agricultores no tengan mercado para sus producciones.

Por este motivo, Agricultura habilitará seis líneas que están encaminadas a la regulación comercial y la producción. La consellera De la Concha ha hablado de “escudo social” para el sector primario "para evitar el cierre de las explotaciones". En este sentido se destinarán 1,3 millones en ayudas a la producción, donde se subvencionará con seis euros por cada cordero o lechona, se dará ayuda para el sacrifico y la congelación de carne y ayudas para reconvertir los excedentes de leche en productos elaborados.

También se subvencionarán créditos por valor de 300.000 que movilizarán en torno a los 3,5 millones. De igual modo, habrá ayudas específicas para el aceite de oliva y el vino, dos de los subsectores agrarios más afectados por el cierre del turismo y la hostelería. Se destinará 400.000 euros en fomentar la cosecha en verde, para reducir la producción y mejorar la calidad del vino para el año que viene.

Por último, se ampliará hasta el 30 de diciembre el programa de Compra Pública de Alimentos para destinar a entidades sociales de las Baleares, con 850.000 euros más. El objetivo es mitigar el impacto social y económico que está teniendo en la población más vulnerable la crisis generada por la covid-19, y ayudar los productores locales que han visto menguados sus ingresos por el impacto de la pandemia sobre el canal HORECA, que incluye restaurantes y bares y que absorbe un 70 por ciento aproximadamente del producto local de las Islas Baleares.