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"Pido que expulsen de la Iglesia al sacerdote que abusó de mí en Ibiza"

Un sacerdote investigador de Valencia habló ayer con Sergio Lleó, que asegura que un cura de la isla abusó de él cuando tenía diez años y que hay más víctimas

Sergio Lleó, ayer por la noche en la puerta del Obispado, donde le tomó declaración un sacerdote investigador.

Un sacerdote investigador enviado a Ibiza por la Archidiócesis de Valencia, a instancias del Vaticano, se entrevistó ayer por la tarde con Sergio Lleó, el hombre que, a través de las redes sociales, ha denunciado que fue víctima de abusos sexuales cuando tenía diez años de edad, a manos de un sacerdote que continúa en activo en la isla. La reunión duró unas dos horas. «He notado que sí quieren investigar, y yo he dado el nombre de otras posibles víctimas, de los que quieren dar la cara y de los que no, y han dicho que les tomarán declaración», dijo Lleó en la puerta del Obispado de Ibiza, donde se llevó a cabo la entrevista. «También he pedido la expulsión de la Iglesia católica de este sacerdote, y me han respondido que hay que investigar», añadió.

Por la mañana, otro joven se sumó a la denuncia del primero. Ambos aseguran que son más las víctimas de este sacerdote -unos diez que ellos conozcan-, si bien algunos ya les han manifestado su intención de no denunciar sus casos. «Antes de hacerlo público en redes sociales se lo conté al entonces obispo de Ibiza, Vicente Juan Segura [que recientemente fue relevado por el Vaticano y enviado, precisamente, al Arzobispado de Valencia], y a otros sacerdotes de la isla, y algunos se rieron de mí, incluso uno me llegó a decir que todos necesitamos amor. También se lo conté a personas de la Policía Nacional y del Ayuntamiento de Ibiza, y a otros políticos, y no me hicieron caso, y la única que se interesó fue Marta Díaz Pascual», actual consellera en la oposición que ayer acompañó al denunciante a su entrevista con los delegados del arzobispado. Asegura que en este asunto se ha sentido muy solo, ya que incluso su familia tiene «miedo», y sólo se siente apoyado por la prensa. 

Más casos

Lleó dice que conoce a otras cuatro personas de Ibiza que fueron víctimas de abusos a manos de este mismo cura, pero que por el momento no quieren denunciar. Por ahora son dos las personas que acusan de abusador de niños a este sacerdote. El segundo denunciante asegura que conoce a otras cinco víctimas, todas ellas de Ibiza, y en concreto de la parroquia de San Pablo.

En cualquier caso, los delitos habrían prescrito, señalaron ayer fuentes judiciales, ya que el límite máximo de prescripción es de 20 años para los delitos castigados con penas de 15 o más años, y los dos casos denunciados se produjeron a mediados de los años 90.

Por tanto, si bien los presuntos abusos estarían ya prescritos, el sacerdote acusado podría ser inhabilitado por el Vaticano en caso de que la investigación determine que se trata de un peligro para otros niños. 

El primer denunciante relató que ya había olvidado los tocamientos que, supuestamente, le realizó el sacerdote cuando tenía diez años, y que si ha decidido contarlo ha sido a raíz de que unos catequistas le dijeran, recientemente, que este religioso estaba intentando abusar de otros niños y que, incluso, uno de ellos saltó de un coche para evitar que se propasara.

En casa del sacerdote

«A mí me puso tres veces la mano en el pene, pero me consta que a otro chico le hizo más daño, e incluso tuvo que escapar como pudo para no ser abusado o agredido sexualmente», asegura el primer denunciante, que entonces era monaguillo. En el segundo caso el hombre dice que los abusos ocurrieron cuando tenía once años y que fueron en casa del sacerdote.

«El cura se aprovechaba de la confianza de mi familia y me tocaba el pene en su casa», dijo. «Mi madre a veces me mandaba a casa del cura a confesarme y fue allí, en la casa parroquial de San Pablo, donde ocurrió: él me hacía tocamientos, me metió la mano dos veces en el pene, pero no fue sólo unos segundos, sino algo deliberado, primero por encima del pantalón y después por debajo, y bastante tiempo», explicó. 

La familia de este hombre, que actualmente reside en Mallorca, tenía relación con la organización Camino Neocatecumenal, los conocidos como Kikos, al igual que el sacerdote señalado. «Esto hacía que mi familia confiara en él», relató. 

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