Ya es oficial. A partir de mañana Balears deja de figurar en la lista negra de Alemania que la marcaba como zona de riesgo por la covid. Con la bajada de la incidencia en las islas, los alemanes que regresen a su país ya no tendrán que hacer cuarentena ni presentar una prueba diagnóstica negativa. Sin embargo, el Gobierno de Merkel es cauteloso y sigue desaconsejando los viajes turísticos en Semana Santa.

La noticia se esperaba esta semana y el sector turístico alemán, que ha celebrado de forma telemática su feria turística en Berlín, la ITB, no ha dejado de presionar para que su Ejecutivo sacara a Mallorca de las zonas de riesgo. Quieren arrancar estas mismas vacaciones de Pascua con su actividad, lo que servirá para afianzar las reservas de cara al verano, que este año se han ido atrasando por la incertidumbre de la pandemia. 

La incidencia de 46 casos por cada 100.000 habitantes en las islas es la mejor perspectiva para encarar la temporada 2021. 

Para el conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, la buena noticia llegada de Berlín -que también beneficia a Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja y Murcia- «facilitará» las reservas para la temporada alta y es un reconocimiento a que en Balears se está yendo por el camino correcto. Lo relevante es, subraya, «mantener y controlar la situación» con una desescalada lenta. 

Desde la patronal hotelera, igualmente se hace hincapié en seguir «con un control riguroso» de los viajeros y una apertura «lenta y segura», declaró María Frontera. La presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca sigue reclamando que se sustituya el PCR negativo obligatorio al entrar en España por un test de antígenos, más accesible y que recomienda también la UE, recuerda.

Frontera y Carmen Planas, presidenta de la Caeb, piden que se siga acelerando la vacunación. Planas celebra que Balears es un destino seguro, un «mensaje que debemos hacer llegar a todos los mercados emisores» y pide responsabilidad ciudadana. Además, valora el trabajo hecho por las empresas, que «están preparadas para acoger la llegada de turistas» sin importar su procedencia siempre que cumplan las garantías sanitarias.