«Esperábamos la apertura de las terrazas como agua de mayo». Con esta felicidad amaneció ayer Mallorca en lo que fue el primer día con las terrazas de bares y restaurantes abiertas. Un primer día que contó con la vuelta de uno de los bares más emblemáticos de la ciudad, el Bar Cristal. El olor a café recién molido, los desayunos y las tertulias estuvieron presentes desde primera hora de la mañana. Incluso alguno madrugó para la ocasión: «Me he levantado muy pronto para estar aquí» expresó Marina Cobo. De hecho, se pudieron observar algunas colas para acceder a las terrazas.

Clientes disfrutando de un aperitivo B. Ramon

A pesar de que el buen tiempo no acompañó, los ciudadanos quisieron aprovechar el primer día para disfrutar de un aperitivo tras varios meses de restricciones y poca movilidad. «Estoy muy contento de poder sentarme en una terraza y poder ver gente que se mueve, que camina», apuntó Anderson Jesús. Un argumento que compartió Susana Villaverde: «La calle vuelve a tener vida con las terrazas». Incluso grupos de amigos que no se juntaban desde hacía meses volvieron a disfrutar, como el caso de José La Rosa y sus compañeros: «Estamos emocionados porque no nos veíamos desde Navidad». Los establecimientos pudieron abrir sus exteriores, pero con las limitaciones de aforo al 50% y la hora límite de cierre, a las 17:00, una normativa que no será muy efectiva según Susana Villaverde: «Quieren evitar el ‘tardeo’, pero al final quién quiera seguir la fiesta en casa lo hará y los que sean responsables no se juntarán».

El Bar Bosch, otro de los establecimientos más importantes de Palma. B. Ramon

Un camarero sirviendo a una clienta en una terraza del Passeig des Born. B. Ramon

Hosteleros

Frente a la felicidad de los clientes, los hosteleros se mostraron insatisfechos con las restricciones y con cierta incertidumbre ante lo que pueda venir . «Ahora abrimos pero quizá dentro de dos semanas empeora la situación y te vuelven a cerrar», declaró Paco Tarongí, uno de los socios del Bar Beewi. «El horario debería ser extensible hasta el toque de queda», expresó Javier Fuster, camarero del Up and Down. Sin embargo, los hosteleros también intentan ser positivos para salir de esta situación lo antes posible: «Hasta que no nos dejen alargar un poco habrá que sobrevivir», concluyó Alejandro Gómez, del Bar es Trasto.

Dos jóvenes brindan por la reapertura de los exteriores de los bares. B. Ramon