La covid es importante pero la no covid también. El cáncer mata y las enfermedades cardiovasculares también. Por tanto, no podemos estar desvistiendo a un santo para vestir a otro. Y eso debe demostrarse en el proceso de vacunación sin duda alguna. Los enfermos con patologías de riesgo deben ser vacunados ya.

La modificación de la estrategia de vacunación en España y en Balears, para adaptarla a la cantidad limitada de vacunas que van llegando y al hecho de que la de Astra Zeneca que se ha decidido no poner a mayores de 55 años, ha provocado que las personas con una salud más vulnerable, con patologías de riesgo y que no tengan más de 70 o de 80 años hayan quedado relegadas en el calendario de vacunación. Por delante tienen otros grupos como docentes, camareros, bomberos,..... Y eso, pese a que desde que en septiembre que se empezó a trabajar en la estrategia vacunal, las autoridades sanitarias señalaron siempre a los mayores y a los enfermos con patologías de riesgo como grupos prioritarios.

La última estrategia aprobada por la comisión de Salud Pública establece seis grupos de riesgo, unos que serán vacunados con los fármacos de Pfizer y Moderna (mayores y profesionales sanitarios, entre otros) y con AstraZeneca, los profesionales esenciales (sanitarios, fuerzas de seguridad del Estado y docentes, entre otros), mientras que se señala que los que se hayan infectado (más de tres millones de personas a día de hoy) y que tengan menos de 55 años se vacunarán a los seis meses de su infección (los que se infectaron en enero, por ejemplo, se vacunarán en junio).

Y a partir de ahí no hay más grupos. El Consejo Interterritorial debatió sobre este aspecto y se pronunciaron a favor de que los siguientes grupos a vacunar se distribuyan por edades, lo que dejaría fuera como prioritarios a los enfermos de patologías de riesgo para la covid (patologías respiratorias, cardiopatías, enfermedades neurológicas, renales, personas con obesidad, enfermos de cáncer de pulmón, entre otros). Estas personas con patologías de riesgo grave se vacunarán (al menos esa es la propuesta del Consejo Interterritorial de Salud) en función de su edad.

Error, bajo mi punto de vista, no priorizar la vacunación de los pacientes crónicos. Y así lo dice los/as pacientes: La Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) ha exigido a la Comisión de Salud Pública que incluya los pacientes crónicos en el próximo grupo prioritario de vacunación, alegando su condición de riesgo recogida en la Estrategia de Vacunación a covid-19 en España.

Los pacientes crónicos han sido un grupo muy afectado en esta pandemia. Este colectivo es uno de los que más ha sufrido la pandemia. Han tenido que aislarse en casa para prevenir contagios, han acudido a los hospitales saturados en su esfuerzo por hacer frente a la covid-19 y sus tratamientos, en ocasiones, han sido paralizados. En España hay alrededor de nueve millones de pacientes crónicos y durante la pandemia han pasado mucho miedo.

Según la Federación de Asociaciones para la lucha contra las enfermedades del riñón, ALCER, uno de cada cinco pacientes con problemas renales que contrae el coronavirus fallece. Y es que para ellos y ellas el calendario de vacunación está fallando.

También la Sociedad Española de Diabetes pide que las personas con diabetes sean prioritarias en la estrategia de vacunación frente a la covid-19, ya que, si desarrollan la infección por SARS-CoV-2, tienen mayor riesgo de padecer covid grave e incluso de fallecer, ya que el riesgo de muerte se triplica y el riesgo de ingreso en UCI se duplica. Así, la hiperglucemia en los pacientes que ingresan por esta infección, independientemente de la existencia de diabetes o no, es un importante factor pronóstico. Por ejemplo, en el Reino Unido, se ha priorizado a los adultos potencialmente vulnerables, independientemente de su edad, pacientes con cáncer en el grupo etario entre 70 y 74 años, y a los enfermos menores de 65 años con diabetes tipo 1, tipo 2 y con obesidad grave, en el grupo previo al de 60-64 años.

Asimismo, pacientes con cáncer piden vacunas ya. Porque no solo afecta a sus defensas, sino también a su estado de ánimo. Seguramente no todos los pacientes con cáncer deben recibir la vacuna a la vez, sino que se debe tener en cuenta otros factores que afectan a cada uno de estos enfermos. La pandemia ha provocado una reducción de hasta el 20% en la detección de nuevos casos de cáncer. Sabemos que en la primera ola los diagnósticos de cáncer bajaron un 21%, y en determinadas zonas con mucha afectación por la covid fueron menos de la mitad. Para poder paliar este efecto y los que se hayan ido acumulando durante la segunda y tercera ola —más las que vengan—, el grupo Red-C [C de cáncer] cree que lo siguiente que habrá que hacer será evaluar la situación y buscar medidas para recuperar el tiempo perdido. OncoRetos, otro grupo de especialistas, apunta que en España se diagnostican cada año cerca de 180.000 cánceres. La RED-C, una plataforma de sociedades científicas dedicadas al cáncer con casi 60.000 asociados, defiende que la medida más urgente para las personas con este grupo de enfermedades es que sean un grupo prioritario en la vacunación contra la covid. Son un grupo con alto riesgo de complicaciones, de un mal desenlace. Además, la mayoría sigue tratamientos largos con revisiones periódicas, lo que les obliga a ir a los hospitales, lo que supone un riesgo añadido.

Y así podríamos seguir con pacientes respiratorios, con problemas cardíacos y diversas patologías más. Todas sus esperanzas están puestas en las vacunas. Las personas con condiciones de riesgo están incluidas entre los grupos prioritarios de vacunación, aunque no saben cuándo van a recibir sus dosis.

Atender a las necesidades de las personas con problemas crónicos de salud debe permitir dar una respuesta eficaz en la atención a la cronicidad. La opinión de los pacientes crónicos y la voz de los profesionales, juntos permitirá reducir el impacto y los daños colaterales que nos está dejando la pandemia. Vacunemos ya a grupos importantes de pacientes crónicos. Se lo debemos.