La emancipación de la gente joven se ha convertido en uno de los grandes problemas para la sociedad actual. Una cuestión que se ha visto agravada en las islas debido a la pandemia y la crisis económica. De hecho, según el observatorio de emancipación de la juventud de Balears, tan sólo el 17,8% fue capaz de independizarse en los últimos meses. A través de un estudio realizado en el primer semestre del año 2020 , el observatorio determinó que en la actualidad abandonar el hogar familiar es prácticamente una quimera. «Es materialmente imposible que la juventud se pueda emancipar», aseguró Pau Roig, vicepresidente del Consejo de juventud de las islas.

Una de las principales dificultades a las que se enfrenta esta generación es la alta tasa de desempleo que existe en las personas de entre 18 y 29 años. En efecto, según apunta el análisis del observatorio, casi la mitad de los jóvenes de Balears, el 49,5%, han sufrido paro o ERTE durante la pandemia. Este es un dato que ya avanzó Diario de Mallorca hace unas semanas. Cifras que chocan con distintas realidades que se viven en otros países. «En Europa, la media de jóvenes parados o en ERTE es de un 17%», explicó Pau Roig.

Modelo insostenible

Pero incluso aquellos jóvenes que consiguen empleo, lo hacen en unas condiciones de precariedad que les hacen muy difícil pagar el arrendamiento de una vivienda. Unos bajos salarios que contrastan con los elevados precios de los alquileres, sobre todo en Mallorca e Eivissa.

«Con el salario medio que perciben los jóvenes hoy en día, y los altos precios de las viviendas, tendrían que destinar un 117% del salario para poder vivir solos. Si quisieran vivir en un piso compartido, el porcentaje pasaría a ser del 45%, pero hay que tener en cuenta que el propio Banco de España no recomienda invertir más del 30% en materia de alquileres», sostuvo el propio Roig.

Desde el Consejo de juventud de Balears no solamente culpan a la pandemia que se está atravesando, ya que los obstáculos en la independencia de este grupo de edad vienen de lejos. Para esta organización, la juventud está sufriendo la caída de un modelo económico y social que es insostenible: «Desde hace mucho tiempo, las islas han apostado por un modelo único enfocado al sector turístico y ante una situación como esta, al caer el turismo, cae todo. Es importante buscar alternativas para que la gente joven no tenga que estar en paro o en ERTE», indicó Roig. Además, el Consejo advierte que no es solamente un problema que afecta a esta generación, sino a toda la sociedad: «Nuestro modelo de país se fomenta sólo si las personas jóvenes trabajan y aportan beneficio. Si no es así, será imposible mantener el actual sistema en el que vivimos. Un país no es sostenible si no cuenta con su juventud, ya que estos son el aparato productivo del sistema» , apuntó Elena Ruiz Cebrián, presidenta del Consejo de la juventud a nivel estatal.

Soluciones

Ante esta situación, el Consejo de juventud en las islas apunta hacia dos soluciones que deberían ir de la mano para intentar que estos datos se puedan revertir lo antes posible. En primer lugar, consideran imprescindibles una serie de políticas activas que pongan fin a la precariedad laboral juvenil, iniciativas que garanticen un sueldo digno y que concuerden con los precios actuales de las viviendas. «Una parte de la población joven vive en una situación de pobreza y, por tanto, no puede asumir los precios tan elevados en el alquiler», manifestó Cebrián.

También creen que las instituciones deben dotar de herramientas y ayudas a los jóvenes para que tengan más facilidades a la hora de alquilar un piso. Incluso ponen encima de la mesa una posible regularización de los precios en determinados casos para que, durante los primeros años laborales, donde las personas no disponen de una nómina muy elevada, puedan hacer frente a los diferentes pagos. «Hay que tomar medidas de forma urgente, la población joven tiene que estar en el punto de mira. Reclamamos unas condiciones de vida dignas para todos».