El Govern reconoció ayer implícitamente que vacunó de la covid al obispo de Mallorca irregularmente. Pero ¿de quién es la responsabilidad política de que la Casa sacerdotal, donde Sebastià Taltavull se puso las dos dosis de Pfizer, adelantara a los ancianos que viven en residencias autorizadas en Mallorca?

El Consell de Mallorca y el Govern, ambos gobernados por el PSOE, dan versiones totalmente contradictorias. En la memoria sobre cómo afectó internamente la pandemia a la Casa sacerdotal en 2020, su factótum, el canónigo Teodor Suau, afirma que ésta fue «incluida en el grupo controlado por el IMAS (Instituto Mallorquín de Asuntos sociales) de Residencias sociosanitarias no reconocidas». Ya en pleno escándalo por la vacunación del obispo, Suau insistió en un comunicado oficial que «para el IMAS la Casa sacerdotal es RD - Sant Pere y Sant Bernat)». Al preguntar entonces este diario al IMAS el significado de esta nomenclatura, una portavoz explicó que se le dio la consideración de residencia a efectos de la pandemia porque «allí hay curas mayores».

Al desvelar este periódico que Taltavull se dio de alta unos pocos días antes como residente para poder vacunarse más a cubierto, aunque no vive allí, por boca de otro portavoz el IMAS salió a negar que hubiera avalado este fraude en un registro, alegando que no le competía supervisar las altas y bajas. «La Casa sacerdotal no es una residencia, como es evidente, allí viven jubilados y otros que no». «La única relación del IMAS con esta Casa fue que en marzo nos pidieron material sanitario porque no tenían, y se lo dimos como a otros muchos sitios. Nada más». Acto seguido, en un comunicado oficial el IMAS insistió en desvincularse de la Casa sacerdotal, y también de la vacunación de sus internos, porque «se trata de un centro eminentemente privado y que funciona como congregación o vivienda tutelada». Si no está reconocida oficialmente como residencia de personas mayores por el IMAS, que es la autoridad al respecto ¿por qué Salud se saltó la normativa y envió a un equipo a vacunar en dicha Casa del Obispado en la fase 1? ¿De quién fue la orden de darle este trato VIP?

«Lo consideramos una residencia porque hay personas mayores», dijo ayer la consellera Patricia Gómez. «Desde abril se incluyó en el radar de atención, y se les enviaron EPIs y toda una serie de material». Al recalcarle que el IMAS niega que sea una residencia, Gómez se limitó a decir: «No lo sé, a mí es lo que me dicen».

Así las cosas, lo único cierto es que Salud fue a vacunar a un sitio al que no le correspondía por protocolo. «Yo no he hablado con el obispo», se encargó la consellera de marcar distancias con Taltavull.