El Govern tiene la pretensión de prorrogar otras dos semanas las actuales restricciones sobre la actividad empresarial de Mallorca con una única excepción: los grandes comercios situados en zonas urbanas verán suavizadas sus limitaciones a partir del próximo domingo, según los contactos que se están manteniendo con representantes de las diferentes patronales. Eso implica extender el cierre de restauración y gimnasios hasta finales de este mes, momento en el que sí se da como seguro el inicio de una desescalada más generalizada, pese a que se insiste en que ésta va a ser extraordinariamente lenta con el fin de evitar el riesgo de que vuelva a dispararse una cifra de contagios, que actualmente está en claro retroceso en la isla. Este plan sitúa en la casilla de salida a los grandes comercios ubicados principalmente en el centro de Palma, tal y como adelantó el pasado sábado Diario de Mallorca, a los que se aplicará una ‘velocidad’ diferente a las de otras grandes superficies y centros comerciales.

Tres son los argumentos que se esgrimen desde la conselleria de Salud para exponer a sus compañeros de Gabinete la necesidad de esperar otras dos semanas (el plazo de las restricciones llegaba hasta el próximo sábado y se planea extenderlo hasta el día 27) para iniciar una desescalada más general. El primero es que aunque el índice de contagios del coronavirus está mejorando notablemente en Mallorca, los de ocupación hospitalaria en planta y en las UCI sigue siendo muy altos. El segundo es que la expansión de la cepa británica, mucho más contagiosa, puede provocar un nuevo repunte de la enfermedad con extraordinaria rapidez si no se actúa con extremada cautela. Y el tercero es que se considera conveniente esperar a que en breve se ponga en marcha la segunda fase de la vacunación, dirigida a la población de riesgo como los mayores de 80 años.

La política del Govern supone fijar diferentes velocidades a la hora de ir recuperando lentamente la normalidad. La primera causa de ese ritmo dispar se explica, de manera simplificada, al diferenciar entre «actividades con mascarilla y sin mascarilla», una vez comprobado que la principal vía de contagio es la aérea a través de las partículas de saliva. En el comercio, el cliente lleva puesta constantemente esa protección, lo que le da ventaja frente a la restauración, donde debe quitarla para consumir alimentos y bebidas.

Te puede interesar:

Pero dentro de las grandes superficies, se va a dar prioridad a la desescalada de las urbanas (como El Corte Inglés, C&A o Zara en Palma, y La Vila en Magaluf), bajo el argumento de que en ellas es más fácil controlar que no se produzcan aglomeraciones de clientes, riesgo que se percibe como más alto en las zonas comunes y aparcamientos de los centros comerciales como Fan, Porto Pi o Mallorca Fashion Outlet. Ayer se mantuvo la primera reunión entre la patronal de grandes empresas comerciales (ANGED) y el Govern para tratar estos temas.

Las claves

  • Prórroga de las limitaciones hasta final de mes 

La recomendación de la conselleria de Salud es aplazar la desescalada de la mayoría de los sectores que se ha obligado a cerrar hasta finales de mes, excepto el gran comercio urbano.

  • La ocupación hospitalaria y la cepa británica, sobre la mesa 

Los argumentos que se esgrimen para aplazar la desescalada son la alta ocupación hospitalaria, la cepa británica y esperar a que comience la vacunación de los mayores de 80 años.

  • El día 14 comenzará la desescalada del gran comercio

Los grandes comercios urbanos (como El Corte Inglés, C&A o Zara) serán los primeros en ver suavizadas sus restricciones, aunque su ampliación de actividad será muy limitada.

  • Mayor prudencia debido al menor uso de la mascarilla

Las presiones para que la restauración inicie su desescalada son muy fuertes, pero este sector se ve penalizado por la necesidad que sus clientes tienen de quitarse la mascarilla al consumir.