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Una esperanza para que la nacra sobreviva

La solución para evitar la extinción del mayor molusco mediterráneo pasa por la cría en cautividad de ejemplares resistentes al patógeno

Ejemplares de los dos tipos de nacra, la nobilis y la rudis.

Investigadoras del Centro Oceanográfico de Balears del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han detectado hibridación entre la nacra (Pinna nobilis), especie en peligro crítico de extinción, y la nacra de roca (Pinna rudis), perteneciente al mismo género y que ha demostrado ser resistente al parásito que está acabando con las poblaciones de nacra en el Mediterráneo.

La bióloga marina Maite Vázquez, una de las descubridoras de esta beneficiosa «hibridación», nos pone en antecedentes recordando la masiva mortalidad de este molusco bivalvo detectada en otoño de 2016 que no solo ha puesto en peligro su supervivencia sino que ha colocado al mayor molusco del Mediterráneo y uno de los más grandes del planeta al borde de la extinción. Esta especie ha sido incluida en el catálogo español de especies amenazadas y en la lista roja de la UICN.

«El agente patógeno tiene nombres y apellidos, se trata del Haplosporiudium pinnae y ha provocado la mortalidad de la nacra endémica del Mediterráneo, la Pinna nobilis. No obstante hay otra nacra conocida como nacra de roca (Pinna rudis) que está diseminada también por el Atlántico y el mar Caribe que al parecer es inmune a este parásito patógeno», comienza la bióloga revelando que este último, desconocido hasta su aparición hace unos cuatro años, fue bautizado por el Laboratorio de Investigaciones Marinas y Acuicultura (LIMIA) del Port de Andratx.

«No sabemos cómo llegó pero al parecer entró por el Estrecho porque la mortalidad de las nacras se detectó primero en Alicante y al sur de Balears. Y en la actualidad hay dos poblaciones de nacras que no se han visto afectadas, en el delta del Ebro y en la Manga del Mar Menor, no sabemos si por la mayor o menor salinidad de esas áreas», continúa.

Lo que han descubierto los investigadores del Oceanográfico de Balears es que ejemplares híbridos de las dos especies de nacra serían resistentes al patógeno. «Por eso debemos buscar estos ejemplares resistentes para realizarles análisis genéticos que nos proporcionen pistas sobre qué les hace inmunes frente al Haplosporiudium», plantea.

«No se les puede vacunar»

La bióloga ríe cuando se le pregunta si esta capacidad de resistencia se podría inocular a la población de nacras del Mediterráneo: «Los bivalvos tienen un sistema inmunológico muy primitivo y no se les puede vacunar. Además, ni mucho menos existe ni existirá nunca una inversión similar a la realizada para fabricar la vacuna contra el coronavirus».

La solución que evite la desaparición de estos grandes moluscos que antes eran frecuentes en los hábitats submarinos de Balears pasa por la reproducción en cautividad de algunos ejemplares de Pinna nobilis que han demostrado ser resistentes al patógeno.

«La cría en cautividad, algo que aún no se ha conseguido, de estos individuos resistentes puede ser la clave para su supervivencia», concluye Maite Vázquez.

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