Un sargento del Ejército del Aire, destinado en el cuartel militar de Son Sant Joan, ha sido sancionado con ocho días de suspensión de empleo por abandonar la zona de guardia para probar una motocicleta. Esta sanción, impuesta por el Ministerio de Defensa, ha sido ahora confirmada por el Tribunal Militar Central.

Este incidente se produjo el día 6 de junio del año 2018. Ese día el sargento era el máximo responsable del servicio de seguridad de la base aérea. En el servicio también intervenía una mujer soldado, que portaba para su labor un fusil de asalto.

Según detalla la sentencia, en un momento determinado de la mañana el sargento y la soldado mantuvieron una conversación. El suboficial le manifestó que tenía intención de comprarse una motocicleta. La soldado le manifestó que tenía una moto y que estaba estacionada en el aparcamiento del área de tropa de la base.

Ante esta respuesta el sargento le preguntó a la soldado si tenía allí las llaves de la moto. Le respondió que no las llevaba encima, sino que las había depositado en su taquilla. El suboficial le ordenó que fuera a buscar las llaves y que a continuación volviera a la zona de guardia con la motocicleta, para enseñársela. Esta orden obligó a la soldado a dejar su fusil, que entregó al cabo primero que también estaba de guardia.

La mujer se dirigió hacia la zona donde guardaba sus pertenencias y cogió las llaves. Después arrancó la moto y se la enseñó a su superior. El sargento, según afirma la sentencia, probó la motocicleta. Se desplazó con el vehículo por el interior de la zona militar, desplazándose hasta el control de entrada de la base.

Esta situación fue descubierta por otro mando del acuartelamiento, que de inmediato informó a sus superiores, que iniciaron los trámites de una investigación interna.

El sargento sancionado en su defensa afirmó que nunca dio una orden a la soldado para dejara el arma y abandonara su puesto de guardia. El tribunal militar le recuerda que el mando que actúa como jefe de seguridad en un acuartelamiento militar es el responsable del personal, del armamento, de la munición y de todos los medios que tiene a su alcance. Y esta responsabilidad es incompatible con su decisión de pedirle a una subordinada que abandone su puesto de centinela para ir a enseñarle su motocicleta.

El tribunal señala que los hechos que cometió el suboficial de Aviación los hizo de una forma «consciente y voluntaria», pues lo hizo conociendo el alcance de la sanción que le podían imponer, por dar una orden a una subordinada para su propio beneficio.

Los jueces rechazan todos los argumentos que expuso el sargento para justificar su comportamiento. Por tanto, se confirma la sanción de ocho días sin cobrar su sueldo.