En el Servicio de Salud de Balears, el IB-Salut, admitieron ayer que no pueden controlar que en las vacunaciones de las residencias de ancianos se cuelen personas que no entran en los protocolos, tal y como ha ocurrido con el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, que el pasado cinco de enero se inyectó el antídoto contra el coronavirus en la Casa Sacerdotal de la diócesis, en la que no reside.

Desde el IB-Salut apuntaron que la administración de las dosis se realiza en base al listado de residencias geriátricas que el Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) del Consell de Mallorca les facilita. La lista de personas a vacunar es repasada por el servicio de Atención a la Cronicidad del IB-Salut, que es quien remite la orden de vacunación a Atención Primaria. En el Servicio de Salud apuntaron que se han vacunado a 8.000 personas, entre usuarios y trabajadores de residencias, y no pueden comprobar todos los datos de cada uno de ellos. Un ejemplo que pusieron es que tampoco se coteja si todos los trabajadores sociosanitarios que apunta la residencia tienen un contrato laboral. Por consiguiente, tampoco hay capacidad para comprobar si las personas de los listados remitidos por los geriátricos viven realmente en la residencia, tal y como ha ocurrido con el obispo Taltavull.

El prelado de Mallorca reside en el Palacio Episcopal, y solo acude puntualmente a la Casa Sacerdotal. Taltavull está inscrito en el servicio médico de dicha residencia. Entre otras cosas, el obispo de Mallorca cada año se inyecta la vacuna de la gripe allí. De ahí los argumentos del Obispado de que consideran que el centro geriátrico es su núcleo de convivencia y por este motivo fue incluido en la lista de la vacunación contra la covid-19 que la Casa remitió al IB-Salut.

Obligado a disculparse

Pese a ello, Taltavull se vio obligado el lunes a medianoche a pedir disculpas «por el malestar que haya podido provocar» el haberse colado en la vacunación. Lo cierto es que en el círculo más cercano del prelado de Mallorca se vivieron momentos de tensión el pasado lunes, ya que no habían calibrado la dimensión de lo que estaba ocurriendo. Lo demuestra el hecho de que el comunicado de sus disculpas llegara a las redacciones de los medios cerca de la medianoche. Todo ello, después de que durante toda la tarde se hubieran dedicado a justificar la vacunación del prelado en la residencia de Sant Pere y Sant Bernat.

Este centro geriátrico pertenece al Obispado y, pese a que es del todo privado, está bajo el control del IMAS. Este organismo del Consell de Mallorca se ha encargo de suministrarle material de protección como mascarillas, guantes y productos de desinfección desde el inicio de la pandemia. Por ello, el IMAS lo incluyó en la lista de geriátricos que remitió al IB-Salut para vacunar.

Por otra parte, si el obispo de Mallorca se inyectó la primera dosis de la vacuna el 5 de enero, hoy tendría que ponerse la segunda dosis para quedar inmunizado. Desde el IB-Salut desconocían ayer si Taltavull acudirá a inyectarse el antídoto.

Condena política

La consellera de Salud del Govern, Patricia Gómez, no quiso entrar en si el obispo Taltavull había incumplido los protocolos de vacunación o no, ya que es una cuestión que compete al IB-Salut. La consellera aseguró no haber hablado con el prelado de esta cuestión. No obstante, Gómez sí fue clara al apuntar que «todos los cargos públicos debemos ser ejemplares».

La mayoría de partidos políticos condenaron que el obispo se saltara los protocolos. Solo Més, en boca de su portavoz Miquel Ensenyat, consideró que Taltavull «no ha obrado de mala fe, creo que es desconocimiento y se ha magnificado».

Lina Pons, portavoz de El Pi, calificó de «vergüenza» lo ocurrido y aseguró que «no es aceptable que se haya colado a quien no tocaba vacunarse». La regionalista dijo estar «decepcionada». Silvia Cano (PSOE) exigió que «se cumpla a rajatabla el plan de vacunación». Toni Fuster (PP) también exigió que se «cumplan los protocolos, cosa que desconocemos si se ha hecho o no con el obispo».

Patricia Guasp (Ciudadanos) rechazó «que cargos de cualquier índole se aprovechen para vacunar». Guasp ha presentado una proposición no de ley ante el Parlament, reclamando al Govern listados de vacunación y más trasparencia.