El juez que investiga la polémica concesión de la instalación náutica de Calanova aprecia indicios de delito en la actuación del exconseller de Turisme y alcalde de Calvià, Carlos Delgado. Sospecha que influyó en el proceso de valoración de las ofertas para beneficiar a un amigo suyo que, además, comparte su despacho profesional como abogado. Por esta razón, el magistrado cree que Delgado merece ser juzgado por los presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias. En esta decisión también incluye a su socio, el abogado Carlos Gelabert y al que fuera secretario general técnico de la conselleria de Turisme, Joaquín Legaza, que es un estrecho colaborador del entonces conseller. Asimismo, en el auto se aprecian indicios de delito en la intervención en el proceso de Felipe Elvira, Juan Jaime Birlanga y Francisco José López Hinajosa. Los investigados están a la espera de conocer los escritos de acusación, que se presentarán en breve.

El juzgado inició esta investigación tras la denuncia presentada hace cuatro años por la empresa Portals Night, que apuntó hacia la comisión de una serie de delitos en la tramitación de esta explotación de Calanova, una instalación que pertenecía al Govern. La oferta mejor valorada fue la que presentó la sociedad en la que intervenía el abogado Carlos Gelabert. Este había sido el letrado que había representado a Delgado en la demanda de divorcio que había presentado contra su exmujer. Además, después de aprobarse la concesión a favor de esta empresa, el abogado entró a formar parte del despacho profesional del exconseller, al comprarle su participación a otro socio del bufete.

Uno de los detalles sobre el que el juez hace especial énfasis son los mensajes telefónicos que se enviaron Delgado y Gelabert, no a través de sus terminales particulares sino a través de los teléfonos de sus respectivas parejas. Además, según declararon en su momento ambas mujeres, las dos parejas mantenían una estrecha relación de amistad y era habitual que salieran a cenar juntas.

El juez también analiza la presencia en la empresa que ganó el proceso administrativo de la medallista olímpica Teresa Zabell, que entró en la sociedad junto a su marido. Sin embargo, una vez lograda la concesión de Calanova, el matrimonio vendió sus participaciones en la empresa. El juez cree que la medallista fue utilizada como «gancho».

Cuestiona el juez que durante la votación de las ofertas presentadas al órgano administrativo, el entonces conseller Delgado no se abstuviera, ni tampoco informara de su relación personal y profesionales con uno de los socios de la empresa que presentó el proyecto que salió ganador.

Tampoco se olvida el juez que el abogado Gelabert regalara un viaje a Londres a Delgado, a su hermano, así como a sus respectivas parejas.