Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Boulevard | Los hoteleros saben que «2021 será igual que 2020»

Los grandes empresarios propusieron en el Consolat en otoño un cierre de Mallorca «a cal y canto», pero Armengol replicó que no había funcionado en Islandia

Mesón Can Paco de Andratx se ha sumado al diseño de menús ajustados a las restricciones y cierres de la restauración.

En las reuniones de Francina Armengol con los grandes hoteleros en el Consolat durante el pasado otoño, hubo empresarios que propusieron que el Govern «cerrara Mallorca a cal y canto, porque no podemos fiarlo todo a la futura vacunación». Sin embargo, la presidenta se opuso a los controles estrictos, con el argumento de que «en otros sitios tampoco ha funcionado. Por ejemplo, en Islandia». La isla nórdica tiene en la actualidad 84 casos activos de coronavirus, cien veces menos que Balears. Ninguno de los pacientes está en la UCI, infinito por ciento menos que nosotros. Desde el inicio de la pandemia, los islandeses han registrado 29 defunciones, veinte veces menos que aquí.

Bajo este panorama, la Federación Hotelera tachaba esta semana a Pedro Sánchez de «inadmisible», y se quedaba corta, por diferir la recuperación turística hasta las postrimerías del presente ejercicio. Lo curioso es que los gigantes del sector saben de sobras que el desastre continúa. Aportaremos tres ejemplos, recabados antes incluso de que Angela Merkel exigiera el pasado viernes «cerrar Europa a cal y canto», prohibiendo los vuelos «no esenciales». O sea, vetando el turismo.

Gigante Hotelero 1: «Hoy veo el verano del 21 igual que el 20. La vacunación no llega para salvar la temporada, y menos a la velocidad que vacunamos. Con algo de suerte, los meses finales ya en otoño no serán tan dramáticos».

Gigante Hotelero 2: (Tras recibir del interlocutor un jovial «¿cómo van las cosas?»). «Y cómo quieres que vayan. Estamos metidos en el mismo desastre que en 2020, y sin visos de mejoría».

Gigante Hotelero 3: (Es importante resaltar que esta confesión se produjo sin mediar ninguna pregunta sobre previsiones de futuro). «Un hotel mallorquín es hoy un montón de ladrillos (totxos). Tenemos establecimientos abiertos en el Caribe al cinco por ciento de ocupación».

Ya basta de testimonios por hoy. Admitamos que los grandes empresarios no son omniscientes, suelen pecar de optimismo. Otro gigante hotelero, Miguel Fluxá, pronosticó en junio que la temporada de 2020 recuperaría un cuarenta por ciento de turistas de la anterior. No han llegado al veinte por ciento, y el autor de la predicción anuncia despidos masivos.

Los emprendedores sensatos se conformarían con alcanzar en 2021 la cifra aventurada el año pasado por el presidente de Iberostar. Y recuperar a solo dos de cada cinco turistas supone ahondar en la catástrofe de los cinco inviernos consecutivos (2019, 20, 21, 22). Sin olvidar que los contagios sitúan a Eivissa al borde de un «cierre a cal y canto», pero desde fuera. Por fortuna, el virus es cíclico al margen de las restricciones, porque de mantener su actual virulencia condenaría a las Pitiusas al malditismo universal.

De cumplirse los vaticinios de los gigantes hoteleros, Balears se convertiría de aquí a un año en la comunidad más pobre de España. Con todo, no espere que nadie pida disculpas por el planteamiento salvaje de «turismo o muerte», mantenido desde los años sesenta. Y todo ello con un millón y medio de bocas a alimentar. ¿Qué habría sucedido, si alguien hubiera sugerido aprovechar los extraordinarios beneficios de años atrás para redireccionar un diez por ciento de la planta hotelera hacia la investigación biomédica? En efecto, lo hubieran enviado a comer algarrobas. Por no arriesgar ni un euro, los estamos perdiendo todos.

La vacunación selecta y selectiva de altos cargos nos obliga a extrapolar. ¿Todos los prebostes mallorquines van a hacer cola disciplinados en un centro de salud, o habrá dosis VIP para dirigentes políticos? A propósito de gobernantes, recuerde dónde vio antes un termómetro en un aula a una temperatura interior de seis grados bien aireados. Ese mismo domingo 10 de enero, con una diligencia sin precedentes, la Dirección General de Centros de la conselleria de Educación emitía las «Orientaciones sobre la Ventilación». A ver si la imagen que hoy nos ilustra corre la misma suerte. El Mesón Can Paco de Andratx se ha sumado al diseño de menús ajustados a las restricciones y cierres de la restauración.

Reflexión dominical encumbrada: «Avui en dia el que més abunda per la muntanya és gent que corre mirant el rellotge en lloc de mirar el paisatge» (Lluís Vallcaneras, Entre cims i barrancs).

Compartir el artículo

stats