Víctor Sánchez vuelve a la carga. El restaurador que lideró la multitudinaria manifestación que discurrió por las calles de Palma el pasado martes a pesar de estar prohibida, y llegó hasta las puertas del Parlament y del Consolat reclamando la dimisión de la presidenta Francina Armengol, solicitará permiso para otra protesta contra las restricciones el próximo viernes. Asegura contar con el respaldo de una veintena de organizaciones de diferentes sectores. 

Sánchez confirmó ayer sus intenciones que están siendo promovidas a través de las redes sociales y los grupos en Telegram. «No somos un movimiento político», asegura, sino ciudadanos que reclaman «trabajo seguro porque no queremos paguitas».

Al movimiento que el pasado martes se unieron hasta 4.000 personas en una manifestación que desbordó la capital en contra del cierre de bares y restaurantes ante la masiva respuesta que logró -aun no contando con autorización de la Delegación del Gobierno-, se unirán ahora feriantes, cocineros, músicos, barmans, el sector del ocio infantil, defensores de los cruceros, taxistas o la Asociación de Empresarios y Trabajadores de Calvià (Emytra), entre otras organizaciones. 

Pacífica y segura

El plan de Víctor Sánchez pasa porque si solicita hoy el permiso para hacer la protesta se podrá pactar un recorrido junto con la Delegación del Gobierno para que este sea «sanitariamente correcto» y se deje paso a los vehículos para casos de emergencia.

 «Queremos que la manifestación sea pacífica y caminando para que se cumpla con la distancia de seguridad», defiende. 

«Somos un movimiento muy blanco y no solo de hostelería», asevera Sánchez.