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Los jóvenes baleares son los más castigados del país por la crisis de la covid-19

El Consejo de la Juventud de España subraya que casi la mitad de los trabajadores menores de 30 años de las islas han sufrido paro o ERTE

Los jóvenes baleares son los más castigados del país por la crisis de la covid-19

Casi la mitad de los trabajadores menores de 30 años de Balears se vieron afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) o por situaciones de paro parcial durante los primeros meses de la pandemia, lo que los convierte, junto a los jóvenes canarios, en los más duramente golpeados por la crisis derivada de la covid-19, según se subraya en el último informe elaborado por el Consejo de la Juventud de España (CJE) en relación a los seis primeros meses del pasado año. En este sentido, se pone de relieve que este colectivo, que ya mostraba una mayor vulnerabilidad antes de la llegada del coronavirus, ha visto notablemente deteriorada su situación.

En este estudio sobre la emancipación de la juventud se señala que «la destrucción de empleo de la covid-19 se ha agudizado especialmente entre la población joven balear, lo cual se refleja en una fuerte caída de la tasa de actividad y empleo».

«En Balears y Canarias, dos comunidades fuertemente dependientes de la actividad turística, que justamente debía empezar su punta de mayor plenitud tras la Semana Santa, más del 40% de las personas jóvenes ocupadas afirmaba haber sufrido un ERTE o encontrarse en paro parcial por razones técnicas o económicas», se añade. En concreto, esta tasa se cifra para las islas en un 42,1%.

El informe pone de relieve que «a este escenario laboral se une un mercado inmobiliario muy excluyente, no siendo posible el acceso a la vivienda en solitario sin sobrepasar el umbral de máximo endeudamiento, consistente en el 30% de la renta disponible». En concreto, se subraya que para un joven de las islas «el pago del alquiler supone el 117,1% del salario individual y el 88,9% para la cuota hipotecaria», lo que explica que las únicas alternativas son compartir vivienda o seguir residiendo en el hogar familiar.

Caída de la emancipación

El resultado ha sido que solo el 17,8% de los jóvenes de Balears habían logrado emanciparse del hogar de sus progenitores al cierre del primer semestre del pasado ejercicio, lo que supone una caída de 3,3 puntos de la tasa de emancipación residencial de los menores de 30 años que existía un año atrás (era del 21,1%). Eso coloca a las islas en el sexto lugar de España, cuando durante muchos años había ocupado el primer puesto en relación al porcentaje de los que conseguían vivir al margen de su familia.

En estos momentos, la emancipación de los menores de 30 años del archipiélago se ve superada por la de los catalanes, que pasan al primer lugar, los riojanos, los madrileños, los canarios y los aragoneses. Los puestos de cola los ocupan andaluces y cántabros.

Un aspecto a señalar es que las mujeres menores de 30 años registran un porcentaje de emancipación notablemente más alto que el de los varones en el archipiélago, superando ellas el 20% mientras que ellos se quedan ligeramente por encima del 15%.

El responsable del área socioeconómica del CJE, Adrià Junyent, lamenta no solo los daños que la crisis del coronavirus está ocasionando entre los jóvenes, sino lo que califica también como «campaña de criminalización» contra éstos, alegando que se les está responsabilizando de una buena parte de los contagios.

Además, apunta como efectos directos de la covid-19 sobre los menores de 30 años una incorporación laboral tardía y con empleos de poca calidad y una dificultad «alarmante» para emanciparse, lo que supone una «juventud empobrecida». Ello lleva a afirmar que se trata del «colectivo que con más crudeza ha recibido el primer golpe de la nueva crisis económica».

Adrià Junyent insiste en la «necesidad de regular un mercado de la vivienda que, pese a la crisis, no ha reducido su precio».

Igualmente, pone de relieve que en la coyuntura actual, «tenemos dos caminos: volver a dejar a la juventud atrás, como en la crisis anterior, aumentando así el riesgo de pobreza y exclusión social, relegándonos al paro, a vivir en infraviviendas o no poder emanciparse; o, en contraposición, trabajar para aumentar la inclusión, con empleos estables, de calidad, y garantizar que se pueda disponer de una vivienda digna».

En este sentido, hay que recordar que desde la conselleria de Trabajo se ha puesto de relieve que el deterioro del mercado laboral de Balears se ha registrado principalmente en las personas con contratos temporales, que son los que suelen recaer especialmente sobre los jóvenes.

El informe elaborado por el CJE hace hincapié en que con la llegada de la pandemia «el incremento de la tasa de paro entre la población joven ha sido generalizado, pero lo ha hecho mucho más pronunciadamente, superando incluso los diez puntos porcentuales en Balears, Cantabria y Navarra en tan solo un año».

En el caso de las islas, se pone de relieve que el empleo es especialmente acentuado entre las mujeres.

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