El sector de la restauración estalló ayer ante la medida de cierre de bares y restaurantes del Govern que arranca esta medianoche para hacer frente a la alta incidencia del coronavirus en Mallorca y que se mantendrá como mínimo hasta el 30 de enero. A pesar de no contar con la autorización de Delegación de Gobierno, más de un millar de personas –cuatro mil en el momento más álgido de la protesta, según la Policía nacional– se concentraron desde las 11 horas frente al Consolat de Mar para protestar por la falta de ayudas y exigir la «dimisión» de Francina Armengol al frente del Govern.

Una manifestación que, con el paso de las horas, fue aumentando en número de participantes y reivindicaciones de otros sectores. Sin un plan ideado, fue desplazándose por las principales calles de Palma en un recorrido de cuatro horas, pasando por las principales instituciones públicas. A pesar de la fuerte presencia policial que acompañó a la comitiva, se registraron algunos incidentes durante el trayecto provocados por los manifestantes más radicales.

La maratoniana jornada se inició pasadas las 10 de la mañana, cuando cerca de un centenar de personas, haciendo caso omiso a la prohibición de manifestarse, ya estaban reunidas, con distancia de seguridad, frente al Consolat de Mar armadas con carteles en los que podía leerse el mensaje «Basta ya», acompañados por cánticos como «Armengol, dimisión», «Sin trabajo, no hay comida» o «El pueblo, unido, jamás será vencido».

Con el paso de los minutos más y más gente fue acercándose al lugar hasta alcanzar el millar, haciendo imposible cumplir con las medidas sanitarias. «Es que no cabemos», profirió uno de los asistentes, Víctor Sánchez, a quien la Policía nacional levantó acta como promotor de la concentración ilegal. La delegada del Gobierno Aina Calvo aseguró ayer que se iniciará un expediente sancionador contra el organizador, y en los próximos días la Policía informará de si propone para sanción a otras personas.

Un millar de restauradores desafían la prohibición de protesta y cortan el paseo marítimo

Un millar de restauradores desafían la prohibición de protesta y cortan el paseo marítimo B. Ramon

Además del sector de la restauración, fueron varias las asociaciones que se sumaron a la convocatoria. Mercedes Marín, en representación de la Asociación de Empresarios de Parques Infantiles, hizo acto de presencia, al igual que representantes del ocio nocturno. Alfonso Robledo, presidente de la patronal CAEB Restauración, también acudió a la cita.

A medida que el ambiente se fue caldeando, con la Policía nacional formando un cordón de seguridad a las puertas de la sede del Govern, algunos de los presentes acabaron por invadir los carriles del Paseo Marítimo, cortando la circulación de tráfico en ambos sentidos, por lo que los agentes tuvieron que improvisar desvíos provisionales para ofrecer una vía de escape a los conductores que habían quedado atrapado en sus coches.

A la búsqueda de Armengol

Con Francina Armengol en el centro de la diana, exigiendo a gritos su presencia en el balcón del Consolat de Mar –la presidenta del Govern se encontraba en esos momentos en un acto en Santanyí–, un falso rumor de que estaba en el Parlament llevó a los manifestantes a desplazarse hacia allí. A las puertas de la Cámara autonómica continuaron con sus reclamaciones e incluso acabaron lanzando petardos a los policías que custodiaban la entrada.

Siguiendo con su recorrido improvisado, jaleados por el grupo que encabezaba la manifestación, se congregaron a las puertas de Cort, cuya puerta principal estaba blindada. Tras media hora de protestas, los manifestantes emprendieron de nuevo la marcha –la Policía temió que se dirigieran al domicilio de Armengol– hacia la Plaza Mayor para acabar en la Plaza de España, donde se encuentra la conselleria de Salud. Allí protagonizaron una ‘sentada’ sobre la calzada de las Avenidas, cortando de nuevo el tráfico. En ese momento, fueron muchos los curiosos que se asomaron desde balcones y puertas de sus negocios para dar su apoyo a los manifestantes, mientras que estos jalearon con aplausos a los trabajadores de bares y restaurantes que se encontraban en las terrazas.

Los manifestantes prosiguieron su camino a través de las Avenidas hacia las Ramblas, para acabar en la sede del Tribunal de Justicia Superior de Balears, donde se vivieron los momentos más tensos, con algunos intentando encaramarse a las ventanas. Con la manifestación ya más diluida, se dirigieron de nuevo hacia el Consolat de Mar. Ya solo quedaban más de un centenar de participantes, que terminaron por caminar hacia el desvío de Avenidas, cortando el tráfico de nuevo y provocando largas retenciones en la entrada a Palma sentido Llucmajor. Pasadas las 14:30 horas, un pequeño grupo se dirigió otra vez a la Plaza de España, siendo ya disuelta la manifestación, que acabó con un pequeño incidente entre un manifestante y la Policía, que no realizó ninguna detención.

La patronal: «Esto no ha hecho más que empezar»

«Hace meses que venimos avisando de la crispación y desesperación del sector. Lo que ha pasado hoy se veía venir y no ha hecho más que empezar». Así de tajantes se mostraron desde Restauración CAEB en referencia a la masiva manifestación que tuvo lugar ayer por la mañana. En cuanto a los restauradores que participaron, explicaron que lo hicieron a «nivel personal y particular para apoyar no sólo a nuestros negocios y trabajadores, sino a un sector crucial para la economía de Balears siendo el sector que mayor número de trabajadores congrega de la isla». «Es la solución a los problemas y la única forma de mantener cientos de puestos de trabajos de forma directa e indirecta», añadieron. Por último, destacaron que la concentración demuestra «el hartazgo, crispación y desesperación de los trabajadores, autónomos y empresarios de Mallorca».