Accesos viarios colapsados, colas de clientes en las entradas de los grandes almacenes y compras masivas en los supermercados fueron el reflejo de la ‘tormenta perfecta’ que ayer vivieron muchas de las grandes superficies de Mallorca, ante la mirada atónita de las pequeñas tiendas, cuyas ventas mantuvieron la atonía de las últimas semanas.

Tres factores fueron claves para explicar lo sucedido ayer, según se apuntó desde estos grandes distribuidores, y dos de ellos están relacionados con la decisión del Govern de cerrarlos durante lo que queda de mes a partir de mañana, excepto en el caso de los departamentos de primera necesidad, como alimentación, productos de higiene y limpieza, telecomunicaciones o parafarmacia. En este aspecto, desde las grandes superficies se lamentó la forma en la que el Ejecutivo ha ido facilitando información, con cambios en las fechas de cierre respecto a las inicialmente anunciadas.

El primer factor supone que esta gran avalancha de clientes no necesariamente ha conllevado más ingresos para estas empresas, ya que una parte importante de ellos acudían simplemente a devolver o cambiar regalos de Navidad y Reyes, un proceso que normalmente se da por estas fechas pero de forma más escalonada, y que suele centrarse en el primer fin de semana posterior al día 6. Dado que los grandes comercios no pudieron abrir el pasado sábado y domingo, todo este alud de devoluciones se concentró durante el día de ayer, pensando que era el último posible durante las dos próximas semanas, pese a que el Ejecutivo ha dado de margen también la jornada de hoy al retrasar ese cierre a mañana.

El segundo factor es que, dado que se van a cerrar las plantas de moda y complementos, muchos aprovecharon ayer para ver si encontraban algún producto con descuento atractivo durante las rebajas invernales, ante la posibilidad de no poder hacerlo en grandes superficies hasta febrero.

Si a todo ello sumamos que estas instalaciones tienen el aforo limitado y deben de controlar las entradas de consumidores, lo que ralentiza el proceso, al igual que sus aparcamientos, el resultado fue el de las colas de coches y personas antes señalado.

Eso fue muy patente en la autopista del aeropuerto en dirección al complejo Fan Mallorca, agravado por la avería de un autobús de la EMT en ese tramo.

Acaparar alimentos

El tercer aspecto que favoreció el caos vivido ayer en algunos momentos fue el temor a que la tormenta sufrida en muchos puntos de la península pudiera provocar problemas de desabastecimiento en las islas, algo totalmente infundado según las empresas del sector. Eso generó compras masivas en algunos supermercados y grandes centros, que en algunos momentos recordaron lo sucedido en marzo y abril. Debido a este consumo descontrolado, algunos de estos comercios se encontraron puntualmente con algunos estantes vacíos, pero solo durante el tiempo necesario para reponer los productos que habían desaparecido, ya que el suministro desde la península se está manteniendo sin problemas, salvo casos muy excepcionales.

El temor radica en que estas situaciones puedan repetirse durante la jornada de hoy, mientras que desde el pequeño comercio se admite que su facturación sigue siendo mínima.

Abastecimiento de productos básicos garantizado según las empresas del ramo

Cadenas de supermercados y grandes superficies insistieron ayer hasta la saciedad en que Mallorca no va a sufrir problemas de desabastecimiento de productos de primera necesidad, debido a que éstos están llegando sin problemas por vía marítima desde la Península pese a las tormentas que la han azotado. En este sentido, se recordó además que los grandes centros comerciales van a poder mantener abiertas aquellas zonas dedicadas a la alimentación, higiene, limpieza del hogar, telecomunicaciones o parafarmacia, por citar algunos ejemplos, pese a que se vean obligadas a cerrar al público otras como las de moda y complementos.

El presidente de la asociaciones de distribuidores de alimentos de las islas, Bartolomé Servera, se sumó ayer a las voces que negaban que pueda darse una escasez de productos básicos, al apuntar que para eso sería necesario que Mallorca permaneciera aislada una semana, cuando es algo que no ha sucedido en ningún momento. Bien al contrario, lamentó que el cierre de bares y restaurantes ha generado a su sector que en estos momentos tenga un exceso de alimentos y bebidas a los que le cuesta dar salida, y amenazó con movilizaciones si el Govern no aprueba ayudas para sus empresas.