La pandemia de la covid-19 está obligando a demandar ayuda a los Servicios Sociales a familias que no lo habían necesitado antes, y el hecho de que los efectos de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus sean «generalizados» ha traído consigo que muchas personas acudan a Servicios Sociales «sin sentir vergüenza».

Así lo detalla el segundo Informe del Monitor de Impacto de la Covid-19 en los Servicios Sociales del Estado, en el que participan investigadoras de la Universitat de les Illes Balears (UIB). El equipo de investigación conformado por la UIB, la Complutense de Madrid, la Universidad del País Vasco, la Universidad de Salamanca y la Universidad de Zaragoza ha publicado ahora la actualización del trabajo correspondiente a los meses de septiembre, octubre y noviembre.

El documento confirma que la crisis provocada por la pandemia está provocando un aumento notable de las personas que requieran ayudas sociales, alcanzando a familias que nunca se habían visto en situación de necesidad y que han consumido sus ahorros como consecuencia del cierre de sectores como la hostelería.

Una situación que, según se extrae de las entrevistas realizadas en este periodo analizado, «empeorará durante el invierno, como consecuencia del probable cierre de más negocios».

El informe subraya que la situación «se ha agudizado» en el colectivo habitual de personas usuarias de estos servicios sociales.

Entre las personas que solicitan ayuda se encuentran «muchos perfiles con contratos inestables, familias con menores a su cargo sin ningún ingreso y gente con afecciones emocionales graves como consecuencia de la pandemia».

La «compleja situación que se está viviendo», provoca que «las trabajadoras sociales se sientan agotadas, preocupadas y con cierto desconcierto, porque advierten que lo que está por llegar, va a ser peor y no saben muy bien cómo van a poder hacer frente a la situación de crisis social que ya se percibe».