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La covid arrasa con un tercio de los yates de alquiler de Baleares

La patronal del sector advierte del riesgo de que la actividad no se recupere durante el próximo verano y de que la flota de chárter náutico quede reducida a una cuarta parte de la actual

El sector del chárter náutico califica de «insostenible» la situación por la que atraviesa.

Alrededor de una tercera parte de la flota profesional de yates de alquiler que tenía su base en Balears ha optado por marcharse a otros destinos o ha sido vendida al decidir algunas empresa dar por finalizada su actividad debido a la parada en seco de la demanda a partir de septiembre del pasado año, según lamenta el presidente de la asociación empresarial de chárter náutico, José María Jiménez. Pero añade otro dato igualmente significativo: algunas de estas embarcaciones están comenzando a ser embargadas por impago de deudas.

Jiménez no duda en calificar de «insostenible» la situación que está viviendo este sector al encontrarse desde hace meses con la demanda prácticamente paralizada, y no oculta el enorme pesimismo existente ante las posibilidades de reactivación en 2021.

«No hay indicios de que podamos entrar en una fase de recuperación durante este verano», a la vista de que los ritmos de vacunación en España y en los principales países emisores hacen prever que no habrá un porcentaje lo suficientemente alto de población inmunizada hasta los últimos meses de la temporada turística, lo que limita la posible llegada de visitantes.

Apunta incluso que 2021 puede ser peor que 2020 porque «podemos perder también a la clientela residente», que fue la que permitió mantener un cierto nivel de actividad durante julio y agosto del pasado año.

De ser así, considera que no más de un 25% del sector podrá sobrevivir al ejercicio que acaba de comenzar.

Flota balear

Los datos facilitados por esta organización empresarial señalan que en las islas hay más de 3.000 embarcaciones registradas ante la conselleria de Movilidad para poder ser alquiladas, de las que unas 1.500 corresponden a empresas profesionales. De estas últimas, unas 500 ya no están en activo en el archipiélago, ya sea porque se han trasladado a otras zonas o por el cierre de su actividad.

El resto lo componen barcos que en muchos casos son para uso personal del propietario, pero que se ponen en alquiler durante algún periodo estival con el objetivo de obtener algún ingreso extraordinario.

Embargo de yates

La imposibilidad de hacer frente a los gastos en una situación de nula actividad está haciendo que comiencen a darse casos de yates con órdenes de embargo por situaciones como el impago de los amarres, según señala el presidente de la asociación de chárter náutico de las islas, José María Jiménez, que se muestra muy crítico con el hecho de que algunos concesionarios de estas infraestructuras no den un mayor margen a las empresas en una crisis tan dura como la actual. También indica que ya se dan casos en los que algunas de las compañías implantadas en las islas están optando por poner a la venta una parte de su flota. Como único dato positivo, apunta que las embarcaciones ‘piratas’ que se alquilan de forma irregular prácticamente han desaparecido.


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