El coordinador de la campaña de vacunación contra la covid-19 en Balears, Carlos Villafáfila, reveló ayer que cuatro de cada diez trabajadores sociosanitarios de las residencias de ancianos de las islas han rechazado ponerse la vacuna, opción que recordó que es voluntaria aunque confió en mejorar el porcentaje «con pedagogía».

El coordinador reconoció que se están registrando efectos adversos «aunque pocos y muy leves que entran dentro en lo esperable». La vacunación en las residencias se prevé que concluya el próximo fin de semana, añadió.

Villafáfila, pese a que señaló que disponen de personal suficiente para realizar esta campaña, no descartó recurrir al Ejército en caso de necesidad tal y como le reclamó el sindicato médico (Simebal) aunque, matizó, siempre y cuando se trate de militares con formación médica o de enfermería.

También adelantó que la vacunación del personal sanitario que lucha en primera línea contra la covid-19 comenzará el próximo miércoles tras recibir formación el próximo lunes las enfermeras y el personal de prevención de riesgos laborales que comenzarán a inmunizar a sus compañeros dos días después. Villafáfila señaló que se comenzará a enviar sms a unos 7.500 profesionales de las unidades de Urgencias y UCI así como los que toman muestran biológicas.

Después se vacunará al resto de profesionales sanitarios, entre 25.000 y 30.000 personas, calculó, mientras que de forma paralela los profesionales de Primaria procederán a inmunizar a los usuarios y profesionales de las residencias de discapacitados.

A finales de la semana que viene llegarán a las islas las primeras dosis de la vacuna de Moderna, recientemente autorizada por la UE, y Villafáfila estimó que entre este mes y febrero arribarán unas diez mil dosis.