Estudios con demanda. Históricamente menoscabada, la Formación Profesional ha pasado a vivir su mejor momento por su solidez y las salidas laborales que ofrece

Camí Cabot es una joven de 22 años de Santa Maria que trabaja como higienista bucodental. Después de cursar la ESO escogió el camino del bachillerato porque «era lo que nos hacían pensar que tenía salida, no pensé en estudiar una Formación Profesional (FP)». Finalizados esos estudios y sin motivación para iniciar una carrera, decidió empezar un grado superior de Higiene Bucodental y, a los cuatro días de terminarlo en junio del año pasado, la clínica en la que hizo las prácticas la contrató; allí sigue trabajando actualmente.

Como Camí, son muchos los jóvenes que empiezan un bachillerato sin tenerlas todas consigo porque no obtienen suficiente información acerca de la FP; existe una desigualdad. Y en eso coinciden estudiantes, profesores y la conselleria de Educación. «Tenemos un estudio en marcha para conocer mejor la orientación indirecta que recibe el estudiante desde tres vías: la familia, los amigos y los profesores. Queremos saber cómo se está dando esa orientación y en qué medida», explica Antoni Baos, director general de FP del Govern.

Una alumna de peluquería.

«Cada vez tenemos más alumnos que vienen de bachillerato. Este año, y nunca me había pasado, tengo media clase que proviene de ahí, y antes no sucedía, si uno lo hacía era como degradarse», asegura Antònia Ramon, profesora y jefa de estudios del CIFP Pau Casesnoves de Inca. «No podemos asegurar que hoy se informe en la misma medida de los dos itinerarios», añade Tolo Alzamora, director del CIFP Joan Taix de sa Pobla. Por su parte, las responsables de los departamentos de Imagen Personal y Electricidad de este centro, Evelyn León y Rocío Suárez, sustentan que hay muchos estudiantes que vienen «rebotados» desde bachillerato, y que los que llegan con la firme idea de hacer un FP en concreto «son realmente pocos». «Incluso -prosigue León- en el caso de Peluquería muchos van a una academia privada porque desconocen la oferta pública».

En plena clase práctica de Paisajismo y Medio rural, que se imparte en el CIFP Joan Taix de sa Pobla. B. Ramon

A pesar de esta desigualdad, en Balears actualmente hay un boom con la FP, los datos no mienten. Según cifras de la Conselleria, este año en las islas ha habido unas tres mil matriculaciones más que en 2019, situándose en un total de 19.606, y en el centro de sa Pobla se ha incrementado en un 40% el número total de alumnos, pasando de 250 a 350. Además, hay grados en los que se han cubierto todas las plazas e igualmente mucha gente se ha quedado fuera. Solo en el CIFP Pau Casesnoves casi cien personas están en lista de espera para entrar en Informática y Automoción.

«Ante el aluvión de demandas que tuvimos, cinco mil más que el año pasado, decidimos hacer una ‘súper oferta’ de 1.600 nuevas plazas, cuando lo normal son entre 200 y 300, y queremos aumentarlas en unas 990 más para el siguiente curso», destaca Baos.

En plena clase práctica de Paisajismo y Medio rural, que se imparte en el CIFP Joan Taix de sa Pobla. B. Ramon

Hay algunas razones que explican este gran aumento. Por un lado, con la coyuntura actual de la pandemia y la consecuente destrucción del empleo, mucha gente ha decidido cualificarse, ya sea por primera vez o para ampliar conocimientos, y así intentar reinsertarse en el mercado de trabajo. «Tenemos constancia de ello y por eso ofertamos tantas plazas, era nuestra responsabilidad hacerlo», apuntan desde la Conselleria.

Maria Enseñat, de Santa Maria, ha empezado Enfermería después de estudiar un grado medio y dos superiores. M. Crespí

En segundo lugar, y relacionado con lo anterior, el itinerario de FP obtenía en líneas generales, hasta el inicio del confinamiento, unos notables porcentajes de inserción laboral. Un reciente estudio del Observatori del Treball, con los datos del curso 2018-2019, revela que el 75% de los graduados en una FP en Balears consiguió empleo a los tres años de haberla finalizado. La cifra alcanza, en el caso del grado superior, el 78% solo un año después de terminar los estudios, y con el grado medio el porcentaje aumenta progresivamente en los tres primeros ejercicios del 68% al 75%. En casos más concretos, la FP de Mantenimiento Aerodinámico es la que más salida presenta, con una inserción laboral que se sitúa en el 89%, seguida muy de cerca por los grados de Automoción y Producción Agropecuaria con un 88%.

Toni Marimon, de Son Servera, quiere llegar a la Universidad a través de una FP. B. Ramon

Por su parte, las empresas valoran de cada vez más el perfil técnico que proporciona una FP. «En general, están demandando más personas con un grado superior que con un grado universitario. No tanto por la titulación, sino por la experiencia, y es que vemos gente con carrera o incluso máster que hace un grado superior para insertarse laboralmente por su fórmula más garantista», destaca el director general de FP. Todo esto, en un contexto en el que el paro juvenil en Balears, según datos del INE, ha pasado de un 14,3% a un 38,8% en dos años, hace que tenga aún más relevancia.

La FP de peluquería se ha implantado este curso en sa Pobla por la demanda de los estudiantes. B. Ramon

La FP como vía universitaria

El bachillerato no es el único camino para llegar a la Universidad, y de hecho es una vía menos mayoritaria que antes. «La UIB nos dice que año tras año hay más universitarios que provienen de un grado superior, y agradecen mucho a nivel de orientación su intención clarificadora», subraya Baos. Según el último Anuari de l’Educació de les Illes Balears, el 35% de los que empiezan un grado en la UIB lo abandonan antes de terminar, y un 27% lo hace en el primer año. «El primer curso sirve de orientación, para saber si te gusta lo que has elegido. Los que vienen de una FP llevan cuatro años en esa rama de estudio -dos de grado medio y dos de superior-, por lo que llegan más decididos», reafirma.

Maria Enseñat, una santamariera de 23 años, siempre se había interesado por el cuidado de niños y personas dependientes. Ha hecho un grado medio de Atención Sociosanitaria, un superior de Educación Infantil, está en el último año del superior de Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear, y lleva cinco años trabajando en el cuidado de personas dependientes, actualmente en los Servicios Sociales. Además, el curso pasado empezó Enfermería en la UIB. «Hace dos o tres años que me decidí por hacer la carrera. Este curso no la he seguido para poder terminar las prácticas de la FP, pero el año que viene la retomaré sin ninguna duda», puntualiza. Así, después de un lustro en el mundo laboral sanitario y con un grado medio y prácticamente dos superiores a su espalda, ha decidido entrar en el ámbito universitario.

Un ejemplo distinto es Toni Marimón, estudiante de Son Servera del grado superior de Paisajismo y Medio Rural en el CIFP Joan Taix. Empezó el bachillerato «porque era hacia donde más te guiaban», pero después del primer curso lo dejó e inició el grado medio de Jardinería y Floristería y ahora está en el centro de sa Pobla. «Me planteo dos opciones, a parte de empezar a trabajar: o bien la carrera de Ingeniería Agrónoma o la de Biología para acabar en Botánica», explica.

«Cada vez tenemos más alumnos que vienen de bachillerato. Este año, y nunca me había pasado, tengo media clase que proviene de ahí»

Dificultades por el coronavirus

La preparación de este curso se vio muy afectada por el coronavirus. De los dos procesos de escolarización -junio y septiembre- se pasó a solo uno, que además fue telemático, y ante el aumento de la demanda para entrar en una FP, en octubre se hizo otra oferta extraordinaria de 960 plazas. «Fue muy complicado, tuvimos muchos factores en contra, y parece increíble que todo haya salido bien, aunque también quiero remarcar el excelente trabajo de todos los centros», relata Baos.

Por otro lado, el escenario de semipresencialidad con el que trabajan diversos grados -en función de si son más de 20 alumnos, lo que obliga a dividir el grupo-, provoca, en general, una desconexión del alumnado cuando no asisten presencialmente. «La vas arrastrando y te impide ver la totalidad del temario con la misma calidad», subrayan tanto Antònia Ramon como Rocío Suárez, del CIFP Pau Casesnoves y el Joan Taix respectivamente.