El Servei de Salut puede habilitar nuevos espacios hospitalarios y montar más camas. Tampoco le faltarán respiradores y el aparataje para monitorizar a los pacientes más graves. Pero carece de profesionales para atenderlas. Porque ha fallado estrepitosamente a la hora de tener preparado un plan de contingencia con el que sortear en unos momentos menos comprometidos la tradicional falta de profesionales de enfermería que padece esta comunidad.

El IB-Salut realizó ayer el enésimo llamamiento de los últimas semanas para reclutar «profesionales de enfermería que no estén en Bolsa Única y que estén disponibles para prestar servicios», tal y como rezaba literalmente el anuncio. Un llamamiento que más adelante aclara qué necesidades más acuciantes padece el Servei de Salut: «...y adjuntando un breve curriculum vitae sobre todo si tienen experiencia en pacientes críticos».

Concluye la petición de enfermeras el IB-Salut asegurando que «con estas medidas excepcionales se garantizará la continuidad asistencial y la actividad, siendo éstas la máxima prioridad del Servei de Salut en estos momentos».

Consultados sobre este llamamiento, tanto la presidenta del Colegio Oficial de Enfermería (COIBA), María José Sastre, como el secretario general del sindicato de enfemería (SATSE) en Balears, Jorge Tera, lamentaron la falta de previsión del Servei de Salut para procurarse un suficiente número de estas profesionales siempre escasas en esta comunidad para afrontar los momentos más duros de esta pandemia.

«Ningún otro servicio de salud ha suspendido vacaciones, por eso lo de Son Espases fue noticia de TD nacional»

Sastre, más conciliadora, admitió que es «dificilísimo» manejar una pandemia de estas características nunca vistas antes, pero echó en falta la elaboración de un plan de contingencia para paliar esta escasez de recursos humanos una vez superados los primeros meses de la crisis. «Aun sabiendo que faltaban enfermeras, nos ha vuelto a pillar el toro. Nueve meses después, nos vuelve a pasar lo mismo», lamentó.

Recordó que Balears tiene una ratio de 5,5 enfermeras por cada mil habitantes, menor que la media nacional de 5,8 y a años luz de la ratio de 10,24 profesionales por cada millar de personas de la que gozan los países de la OCDE. 

«Una enfermera de hospital de Balears atiende a una media de 12 pacientes y cada profesional de Atención Primaria tiene asignadas de promedio unas 2.000 tarjetas sanitarias individuales», añadió la presidenta colegial, que también confirmó la bisoñez de algunas enfermeras que llegan a las unidades de críticos y que precisan de un «programa de tutelaje» impartido por una compañera más veterana.

Jorge Tera, del SATSE, se mostró más crítico. «Se ponen a buscar enfermeras cuando hay más demanda en vez de desarrollar un plan de recursos humanos que fidelice a las profesionales, que contemple el ofrecimiento de contratos más largos y que convoque oposiciones cada dos años. Mucha gente de fuera, como es mi propio caso, oposita y ya se queda a trabajar aquí de por vida. Es como si el Servei de Salut se haya decidido a comprar unas acciones cuando su precio es más elevado», deploró.

«Horripilante gestión»

Por todo ello, Tera calificó de «horripilante» la gestión de personal por parte del Servei de Salut. «Pero no solo es el Servei de Salut, la gestión de la gerencia de Son Espases, con sus más de 5.000 trabajadores, es aún peor. Ofrece contratos de tres y seis meses cuando tienen un montón de puestos vacantes, lo que al final se traduce en una enorme deuda horaria porque ha tenido que doblar turnos, anular días libres o suspender permisos. Este mes de diciembre han pagado un dineral por esto», se despachó el líder sindical recordando que la suspensión de las vacaciones del personal de Son Espases no lo ha hecho ningún otro servicio de salud del país, como lo demostró que fuera «noticia en el telediario nacional».

Concluyó Tera recordando que las oposiciones para 1.100 plazas de enfermería cuyo examen se hizo en mayo de 2019 aún ni siquiera tienen listado provisional de méritos.