El reloj marca las 16.58. Desde el primer piso de la residencia de Oms-Sant Miquel de Palma se proyecta al exterior un júbilo en forma de aplausos. Desde la calle, es la única forma de saber que en su interior acaba de suceder un hecho histórico. Avelina Serrano, de 94 años, es la primera vacunada contra la covid en Balears. «Estoy contenta yo, no estoy enfadada. Si me pinchan, pues me pinchan», comenta franca y espontánea ante la única cámara de televisión (IB3) que ha podido entrar en la residencia para retransmitir la vacunación. Avelina está alegre, pero después del pinchazo se le empaña el entusiasmo. «Me falta lo mejor, la familia. Mi marido se me ha ido hace poco, no le olvidaré nunca, nos compenetrábamos, nos llevábamos como dos rosas», confiesa ante el equipo de vacunación del IB-Salut, personal de la residencia, doctores y dos policías, a los que poco antes la risueña señora había reconocido por su uniforme.

En silla de ruedas, con un suéter beige, un collar de perlas y sin mascarilla (por criterios médicos), la residente ha llegado a la zona preparada para la inmunización, en la primera planta. «Es solo un pinchacito», le ha dicho la enfermera jeringuilla en mano. «Vaya traje llevas», le ha replicado la residente en referencia al equipo de protección que lucía.

Ya es coincidencia que la primera vacunada en Balears sea de Guadalajara, como Araceli Hidalgo, la usuaria de la residencia Los Olmos (otra casualidad) que ha recibido antes que nadie en España la vacuna.

«Estoy contenta, pero añoro a mi marido, nos llevábamos como dos rosas»

Avelina Serrano - Usuaria de la Residencia Oms-Sant Miquel

Pese al acontecimiento vivido ayer en la calle Sant Miquel de Palma, no fue posible conversar con Avelina por sus problemas auditivos, pero desde la residencia explican a este diario que ingresó en Oms a finales de 2017, «trasladada de Felanitx». «No tiene familia, su marido falleció en 2007», cuentan. «Sabemos que también residió en Madrid, que a los 21 se hizo cocinera y que luego vino a Mallorca a trabajar. Estuvo de asistenta en una casa, en concreto en las labores de cocina», precisan. «Y al parecer le gustaba bailar». «Ponerle la vacuna primero a ella también ha sido algo significado porque pasó la covid durante la primera ola».

Alicia Bestard, auxiliar de Enfermería en el centro.

Avelina es uno de los 55 residentes que ayer fueron inmunizados en el centro de Oms. «Ella ha venido hasta la sala porque era la primera, pero el resto de usuarios han recibido las dosis en sus habitaciones», explicó a este periódico la coordinadora de Enfermería de la residencia, Maru Cutillas, la segunda persona vacunada contra la covid en Balears. «Ha sido el mejor regalo de Navidad después de tanto trabajo», celebra esta catalana de 33 años criada en la isla. Tras la administración de la dosis, Cutillas ha comentado que «no ha notado nada, ningún efecto adverso. Me noté más la de la gripe que ésta», dice la enfermera, que en su caso no ha pasado la covid. «Es cierto que hoy he llegado a la residencia con respeto, pero ahora puedo decir que tengo ganas de que llegue ya la segunda dosis».

«Al principio me ha dado respeto ponerme la vacuna, ahora deseo que llegue ya la segunda dosis»

Maru Cutillas - Coordinadora de Enfermería del centro

Tras ella, más de 80 trabajadores del centro han sido inoculados con la fórmula de Pfizer. «En las previsiones tenían que ser 79, pero como había 165 dosis, si algún otro traía el consentimiento, hoy mismo se le podía administrar también, como ha sido el caso».

Hacia las 18 horas, salen de Oms los primeros trabajadores que acaban de recibir un pinchazo. Alicia Bestard, auxiliar de Enfermería de 24 años, comparte que, pese a haber recibido una primera dosis, no se siente «segura», «no, hasta que no se vacune más gente».

Otros trabajadores recién vacunados.

Vicky Gomollón y Esperança Solís aseguran que no han sentido dolor en ningún momento. «Es un día importante: quizá sea el principio del final. Somos unas privilegiadas por ser las primeras». Catalina Oliver comenta que había que dar el consentimiento enseguida para vacunarse «porque hay que colaborar para que esto se acabe». Por su parte, Guillem Ferriol reconoce que venía algo asustado, «la gente comentaba que picaba y te sientes un poco como el conejillo de indias, pero ha ido bien», apunta. «De momento, no nos han dado la cartilla de vacunación, pero supongo que lo harán próximamente».

Las dosis llegaron ayer a la residencia hacia las 15.36 horas en una nevera portátil. «No ha habido ninguna incidencia», constató el coordinador de la estrategia de vacunación del IB-Salut Carlos Villafáfila . «A las 9.30, se depositaron en un punto de distribución de Pfizer en Mallorca. Se ha comprobado que todo estuviera correcto. Las vacunas venían refrigeradas y no ultracongeladas. En la nevera duran cinco días. A las 15, hemos ido a buscarlas junto a la policía».

En Oms, un 20% de los usuarios no se ha vacunado. «Hay algunos que están de vacaciones fuera. Cuando vuelvan lo harán. También hay que tener en cuenta que todo el proceso, los consentimientos, etc., se ha hecho en un tiempo récord, y no ha dado tiempo en algunos casos a tenerlos firmados», explica la directora insular de Gent Gran del IMAS Sofía Alonso.

El orden de vacunación de las residencias se basará en la ausencia de un brote activo y en el historial de los mismos, y se comenzará, especificó Angélica Miguélez de IB-Salut, por aquellas donde haya pasado la enfermedad un número menor de personas. La campaña continúa hoy con la llegada de 5.850 dosis a Balears y más aplausos, como los de la risueña Avelina, en los centros de mayores.