Una década como médico internista en Son Espases, y este ha sido su año más difícil: tras estar al frente de la planta covid, el doctor Albert Pou (Palma, 1984) alerta de los efectos de las fiestas navideñas en la pandemia.

¿Cómo ha pasado la Navidad? 

Cenando con mi mujer, videoconferencia con la familia para sentirlos más cerca, y poco más.

Se lo pregunto porque seguramente mucha gente habrá cumplido con las restricciones estos días, pero mucha otra no. 

Se han puesto unas restricciones que son muy adecuadas. La epidemia tiene sus ciclos y ahora estamos en un momento en que la situación no es buena. Si a eso le sumas actitudes que no son recomendables, si no se cumplen las restricciones, el escenario que ya es muy malo, empeorará.

¿Y eso cómo se traduce en la hospitalización y en su trabajo? 

Ahora estamos teniendo muchos ingresos y esperamos tener muchos más. Supone redoblar esfuerzos en todos los sentidos. 

«Si no se ha llegado al máximo es porque se han abierto nuevas UCI y se han doblado esfuerzos y recursos»

¿Cómo ha ido evolucionando la situación en estas últimas semanas aquí en Son Espases? 

Ha habido dos olas y ahora ya estamos en una tercera que ha venido muy seguida. El problema es que la gente empeora muy rápidamente y en pocos días aumenta mucho la presión y tenemos que reorganizar los esfuerzos.

Con la evolución de estos días y el impacto de las fiestas, ¿tiene miedo a volver a la situación crítica de marzo y de abril? 

Sí, es un miedo que tenemos ante el temor fundado de que toda la situación empeore mucho. Hasta ahora en Balears el sistema nunca ha llegado a un punto de saturación y a todo el mundo se le ha podido ofrecer el tratamiento adecuado en el entorno adecuado. Si alguien ha necesitado una UCI la ha tenido. Esperamos que pueda seguir siendo así. 

Ese ha sido un debate recurrente de estos meses en Balears. Profesionales sanitarios han llegado a denunciar lo contrario. 

No se ha llegado al máximo porque en unos meses se han abierto dos unidades nuevas de UCI y se han redoblado recursos y esfuerzos. Si no se ha recomendado el ingreso en UCI a alguien es porque son pacientes que a pesar de estar muy grave se tiene en cuenta que su ingreso en UCI puede tener más perjuicio que beneficio, pero eso ha pasado ahora y ha pasado también antes.

«Actuaciones de prevención de otras enfermedades se están demorando y eso lo notaremos más adelante»

¿Cómo recuerda esa primera ola de la covid en marzo y abril? 

Lo que peor recuerdo es la incertidumbre, luchábamos contra un virus que desconocíamos, al que no sabíamos cómo enfrentarnos y ni en qué momento bajaría la curva de contagios. En unos días se hicieron cambios en este hospital que normalmente se harían en meses o en años. 

¿Qué perfiles llegan ahora? 

Ahora mismo llegan dos perfiles: un paciente más mayor que llega de residencias, donde los contagios llevan meses preocupándonos, y luego pacientes más jóvenes que tienen más interacciones sociales. Y hay de todo: algunos jóvenes se ponen muy muy graves, pero luego en la UCI su estancia puede ser más corta. Con el covid es que es difícil ingresos de menos de una semana.

Se conoce esa intubación en la UCI, pero ¿qué tratamiento recibe un paciente en planta?

Normalmente si ingresan es porque tienen una neumonía causada por el virus y lo primero es el suplemento de oxígeno, es lo principal. Los tratamientos han ido cambiando a lo largo de estos meses y lo que más utilizamos ahora mismo son corticoides.

Ahora aún queda por delante Nochevieja y Reyes, donde las familias también se reúnen. 

Sí, es difícil hacer predicciones, pero la tendencia ahora es muy mala y nos tenemos que esforzar mucho en no desatender otras patologías importantes que tampoco se pueden demorar.

Esa es otra: ¿dónde han quedado el resto de enfermos que no son pacientes de coronavirus? ¿Se está resintiendo la atención sanitaria más allá de la covid? 

Sí , seguro. Los recursos no son infinitos, pero nos estamos esforzando mucho en que todas la patologías no demorables, aquellas más importantes como puede ser por ejemplo un cáncer, sean atendidas cuando toca y como toca. Aquellas más leves, desgraciadamente, seguramente sí que se demorarán más de la cuenta, pero que nos preocupa es que no se demoren patologías graves, nos está costando muchos esfuerzos y esperamos conseguirlo. Donde tendrá también efecto es en actuaciones de prevención, que seguro que se están demorando y eso lo notaremos más adelante.

Hoy empieza la vacunación y parece que hay gente con dudas sobre si hacerlo cuando le toque.

Recomendamos la vacuna a todo el mundo. Dudas sobre su seguridad, muy pocas. Ahora que ha empezado la campaña de vacunación se ve que no hay efectos adversos más allá de alguna reacción alérgica normal en cualquier tratamiento. La única pregunta es cuál es su efectividad real y cuánto tiempo durará su protección.

¿Por qué cree que existe ese miedo a ponerse la vacuna? 

Seguramente hay un miedo inicialmente razonable pero amplificado por algunos movimientos en las redes poco edificantes y sin base científica. Pero no hay otra salida. La única manera de salir de esta es la vacunación.

Entiendo que habla de los negacionistas, que incluso cuestionan la existencia de la covid. ¿Se ha encontrado con alguno? 

[Ríe] Sí, con alguno me he encontrado y la verdad cuesta discutir con ellos porque sus argumentos no son racionales, se basan en teorías de la conspiración. 

¿La vacuna será el final de esta pesadilla o se han puesto demasiadas expectativas en ella? 

Ojalá. No sabemos cuánto durará la inmunidad, ni cuantas revacunaciones harán falta.

¿Le preocupa la variante detectada en el Reino Unido? 

Preocupa por los contactos que tenemos entre Mallorca y Reino Unido, pero todavía sabemos muy poco de esta variante.

Se decía que el virus no entendía de clases sociales o nivel de renta y usted participó en un estudio que dice lo contrario. 

Inicialmente el efecto de la covid había sido peor en gente con pocos recursos que en aquella con más recursos: algunas causas son que la gente vulnerable tiene más dificultad para protegerse, tiene más patologías y además, aunque la sanidad es universal, les costó más llegar a sistema sanitario, lo mismo con el acceso a las pruebas PCR. Esto ha mejorado durante la segunda ola. 

¿Los profesionales se han sentido protegidos por las medidas que iba tomando el Govern? 

Hablo por mí y entiendo que era muy difícil anticiparse a según qué situaciones. Creo que las medidas que se han ido tomando han sido las adecuadas. Nosotros vemos el punto de vista sanitario, pero también hay que tener en cuenta otras cuestiones como el aspecto económico o social que quien toma estas decisiones tiene que valorar. Seguramente con lo que sabemos hoy, las medidas que se aplicaron en un principio eran insuficientes, pero todos los gobiernos, de un color u otro, han hecho lo que han podido.

 Usted es una persona políticamente activa e implicada y ha expresado ser de izquierdas ¿Es sólo un tópico eso de que los médicos son derechas?

 Hay de todo, es cierto que hay un estereotipo de un médico conservador, pero es un colectivo diverso, como todos los ámbitos. 

El Colegio de Médicos de Balears se ha opuesto a la nueva ley de Eutanasia. ¿Comparte usted ese posicionamiento?

La ley que se ha aprobado me parece correcta. Hay situaciones muy extremas y creo que hay que garantizar el derecho a morir dignamente. Los argumentos en contra ridiculizan la eutanasia con unas situaciones para las que no está pensada esta ley, que es para situaciones dramáticas. Es una ley para casos que son absolutamente excepcionales, casos en que el sufrimiento de la persona es insoportable. No comparto ese posicionamiento del Colegio.