El Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) reclama al rectorado de la UIB la «expulsión inmediata» del catedrático condenado por acoso, Miguel Beltrán, y «medidas de reparación para la víctima».

El acoso consistía en ataques personales, insultos, correos electrónicos, publicaciones en redes sociales y llamadas telefónicas en las que se acusaba a la profesora de haber plagiado una parte de su tesis. El Tribunal Supremo confirmó en octubre la condena al catedrático, que incluía, además de una pena de seis meses de cárcel, una orden de alejamiento respecto a la profesora. En el juicio, el abogado de la acusación particular reclamó a la UIB que respondiese solidariamente de la indemnización como responsable civil subsidiaria, considerando que no actuó con la debida diligencia para esclarecer los hechos o impedir el acoso.

Por su parte, la Comissió Feminista de la UIB denuncia que el rectorado quiere su silencio, pero advierte: «No nos detendremos y explicaremos todo el proceso, de más de seis años, del acosador Miguel Beltrán. A pesar de que la UIB ha intentado silenciar los hechos, minimizando las acusaciones y tomar partido en ningún momento a favor de la agredida, nosotras seguimos posicionadas firmemente».