El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, criticó ayer que por parte del Gobierno del Estado «se quieren recortar libertades y se hacen propuestas que deshacen el espíritu fraternal y democrático». Así lo expresó Taltavull en una carta dirigida a la ciudadanía ante la llegada de las fiestas de Navidad.

En la misiva, el obispo censuró «la intención de excluir de la enseñanza la asignatura de religión y recortar el derecho a la libertad religiosa, así como marginar la atención a los más débiles». Además, criticó «la ley a favor de la eutanasia expresamente introducida en un momento en el que hay tanto sufrimiento en los ancianos y los que están más faltos de salud».

«Una vez más debemos decir que queremos y tenemos derecho a unos gobernantes que demuestren que aman su pueblo y se ponen incondicionalmente a su servicio», reclamó. Al tiempo, calificó de «inoportuna» la ley de eutanasia que está en tramitación en el Congreso de los Diputados. Es una «decisión injusta» que, «además de ir contra los derechos de los más vulnerables, no respeta el primero de los Derechos Humanos, el derecho a la vida, y todos aquellos que se derivan de ésta».

En este sentido, Taltavull reiteró que la obligación de los dirigentes políticos es «procurar el bien común y por tanto el de cada persona en particular, así como velar por su dignidad humana y la de todos. Siempre nos tendrá a nosotros, la Iglesia, a la hora de defender la dignidad de las personas y colaborar activa y corresponsablemente a favor del todo el pueblo, del cual formamos parte», manifestó en su misiva el prelado.

Por otro lado, Taltavull hizo de nuevo una «llamada firme y urgente a la responsabilidad colectiva de todo el mundo» para cumplir con las medidas sanitarias. «Nos va la salud personal y colectiva, nos va la actividad económica, nos va la salud del planeta. Nunca hubiéramos pensado que fuera toda la humanidad la que hay quedara involucrada y comprometida», indicó.

Asimismo, valoró el «ejemplar» cumplimiento de estas normas dentro de las iglesias y lugares de culto, y recordó que la contribución de la Iglesia durante la pandemia «se ha concretado sobre todo en la acogida que hacen las parroquias mediante la atención a los enfermos y acompañando a las familias en el duelo».