Con los contagios del coronavirus descontrolados, el malestar de los sectores afectados por las restricciones en aumento, los equilibrios imposibles para defender el incumplimiento de Pedro Sánchez del Régimen Especial (REB) y la polémica por su salida nocturna todavía en la memoria, la presidenta del Govern, Francina Armengol, exhibe estabilidad y fortaleza aprobando con facilidad y una mayoría holgada los presupuestos de la comunidad para 2021. Sin fisuras en el Pacto y con las abstenciones de Ciudadanos y de El Pi, el Parlament dio ayer luz verde a las cuentas del Govern.

De esta manera, con comodidad y sin los sobresaltos de años anteriores, la presidenta del Govern sacó adelante ayer sus sextos presupuestos, que pese a la caída de ingresos se elevan a 5.581 millones de euros con cargo a deuda y fondos europeos, en su momento más difícil desde que llegó al Consolat. Una aprobación de las cuentas que tenía garantizada desde que ató los votos de la izquierda con el acuerdo con Més per Menorca y neutralizando el desmarque del diputado de Esquerra Unida por la congelación salarial a los funcionarios. Sin embargo, los guiños y mimos mediante la incorporación de enmiendas, tanto durante la tramitación como a lo largo de los tres días de debate, a Ciudadanos y El Pi sirvieron para ampliar esa mayoría y reducir los votos en contra.

Con un panel de votaciones que repitió en varios puntos de la votación el resultado 31-18-8 (31 votos a favor del Pacto, 18 en contra de PP y Vox, y las ocho abstenciones de Ciudadanos y El Pi), Armengol aprobó la mayoría de los artículos de sus cuentas con menos votos en contra de los que José Ramón Bauzá cosechaba siendo presidente con la mayoría absoluta más amplia de Balears.

Ciudadanos se abstuvo en todas las áreas, menos en Salud, donde votó a favor. El Pi, se abstuvo en cinco conselleries, votó en contra en cuatro y dio su sí a Educación y a Servicios Sociales. La consellera Fina Santiago vio sus cuentas aprobadas (Servicios Sociales contará con 265 millones) con sólo tres votos en contra de Vox, al abstenerse también el PP.

«Lo de Cs ha sido un picnic»

Ciudadanos, a quien se le han aprobado una veintena de enmiendas, defendió su sí a Salud como «un voto de confianza». «Estamos haciendo un ejercicio de responsabilidad», insistió la portavoz del partido en las islas Patricia Guasp. «Pese a que Més no quería darnos ni agua, hemos conseguido mejorar los presupuestos», pronunció la liberal.

Distinta lectura hicieron tanto en Més como en Més per Menorca. «Queríamos un acuerdo de izquierdas y objetivo cumplido», resumió en la tribunal el diputado Josep Ferrà: «Nos pusimos nerviosos cuando se empezó a hablar de acuerdo con Ciudadanos, pero al final no se han hecho concesiones y las transacciones han sido blandas», quitó importancia. «Ha sido un picnic que no desvirtúa la esencia», coincidió el menorquín Pep Castells sobre las enmiendas.

«Deseamos que el consenso pueda seguir», celebró por su parte la socialista Silvia Cano.

«La estrategia del PSIB es clara, quiere hacer quedar al PP como un partido radical», lamentó el popular Biel Company.

Anecdotario

El diputado Pablo Jiménez dio el susto desde la tribuna 

No se desmarcó de los suyos, pero fue el único sobresalto. El diputado de Esquerra Unida integrado en Podemos, Pablo Jiménez, dio el susto al sentirse indispuesto cuando intervenía en la tribuna. Por suerte, con el presidente Vicenç Thomàs, siempre hay un médico en la sala. Jiménez fue a recuperarse y tras el incidente pudo participar sin mayores problemas en la votación de las cuentas. 

Del estalinismo al Fratelli Tutti en el debate de Agricultura

Hilarante debate en Agricultura: Vox acusó a la consellera De la Concha de querer un modelo «estalinista» para el campo balear y ella se encomendó a la Fratelli Tutti.

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