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Hablan los restauradores: «Estamos pagando justos por pecadores»

El carnicero Miquel Gual se queda sin restaurantes que abastecer

Alba y Enrique Martín, des restaurante Can Tito del Molinar.

Esta semana son muchos los restaurantes que han decidido apostar por cerrar sus instalaciones ante la aplicación de la fase 4 en Mallorca y la medida que no permite servir en el interior del local. Miquel Gual es carnicero y despacha su producto a diferentes restaurantes de la capital de nivel medio-alto. Explica que ayer decidió cerrar su tienda en Mercapalma ya que no tiene a nadie a quien abastecer: «Daré vacaciones al personal hasta Reyes, pero si la situación se alarga, será insostenible», alerta. Gual mantendrá abierta su carnicería del Molinar que sirve a los vecinos de la zona. El carnicero vivió la crisis anterior pero avisa que no tiene nada que ver con esta.

«Creo que estamos pagando justos por pecadores», sentencia Enrique Martín. El propietario del restaurante Can Tito del Molinar discrepa de las medidas adoptadas por el Govern. Explica que cree que están enfocadas a erradicar el ‘tardeo’ y que lo que se podría haber hecho es mantener los otros negocios activos. «No veo lógico que los fines de semana tengamos que cerrar a las seis y que el toque de queda para los ciudadanos sea a las diez». Por otra parte, se queja de falta de coordinación de la Administración y recuerda el lío que se formó cuando se empezó a prohibir fumar en el interior de los locales: «Hice una inversión para crear un espacio para los fumadores dentro del restaurante y a los tres meses cambiaron la normativa y perdí la inversión. Pasa lo mismo con los medidores de calidad de aire y los sistemas de ventilación, ahora que se han comprado, no puede haber nadie en el interior».

El carnicero Miquel Gual.

Otro de los aspectos que afecta directamente a los restaurantes son las cenas de empresa, así como las de Nochebuena, Navidad y ‘Segona Festa’. «Normalmente tenía 12 mesas al día de comidas de empresa con una media de 10 personas y hasta ahora solo he tenido una de cinco comensales. Ahora tendré que llamar a toda la gente que me ha reservado para Nochebuena, unas 50 personas, para saber si quieren pasar el ágape al mediodía o que les preparemos la cena para llevar», manifiesta Martín. De hecho, estas comidas suponían un ingreso muy importante para aguantar dos meses de temporada baja. «Por ahora, intentaremos mantener abierto el restaurante, pero no descarto cerrar las puertas si no hay mejoría en la situación», remarca Enrique Martín.

Los dueños de este restaurante, que cumplirá 45 años en mayo, también lamentan que todavía esperan beneficiarse de la ayuda de 9.000 euros anunciada por la administración al haber quitado del ERTE a todos sus trabajadores. «No nos han llegado ni un céntimo de lo prometido, hay una mala organización», se queja.

El emblemático Es Cruce, cierra

Una muestra de la crítica situación que vive el sector de la restauración es que hasta el emblemático restaurante Es Cruce de Vilafranca, uno de los más concurridos de Mallorca, ha decidido cerrar a partir de hoy a raíz de las restricciones. Tampoco ofrecerá su servicio de comida para llevar.

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