Carlos Gómez (Madrid, 1957) acaba de asumir la presidencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB), como colofón a una larga trayectoria que desde 1982 le ha llevado a presidir la Audiencia Provincial de Palma y dirigir la Escuela Judicial. Es magistrado de la sala civil y penal del TSJB y miembro del Comité de Derechos Humanos de la ONU.
¿Cuáles serán las líneas maestras de su gestión como presidente del TSJB?
Intentar dar apoyo a los jueces y juezas de este territorio que tienen la difícil tarea de aplicar la ley en condiciones difíciles y mejorar estas condiciones. Hacer valer la administración de Justicia en Balears frente a las otras administraciones que tienen competencias y a veces es complejo coordinar a todas ellas para conseguir lo que queremos. Y explicar la justicia a los ciudadanos. Tenemos que saber traducir lo que pasa en la Justicia a los ciudadanos, porque a veces la Justicia no es fácil de entender.
¿Qué le ha llevado a asumir la presidencia del TSJB?
Mi deseo de intentar mejorar algo de la situación de la administración de Justicia. Se produjo una vacante en la presidencia y pensé que podía contribuir, porque la conozco desde hace mucho tiempo, he tenido cargos de responsabilidad que me dan la capacidad de, yo no diría influir, pero sí comunicar con personas, y he pensado que como última fase de mi carrera podía hacer este papel. No he optado por el cargo, no lo he hecho nunca en mi vida. Creo que puedo aportar algo, si no, no estaría aquí.
No ha tenido oposición, ha sido el único candidato.
En realidad lo valoro de forma positiva. Soy de los más viejos de la casa, muchos otros se podrían haber presentado. Que no lo hayan hecho lo interpreto como que confían en mí, que me dan un aval inicial que al menos me sirve para empezar con buen pie.
En su toma de posesión afirmó que la Justicia en España se ha quedado atrasada. ¿Cuáles son los problemas que arrastra?
La Justicia es un servicio público, pero no hemos evolucionado. Hemos quedado al margen de los esfuerzos modernizadores del país que se hicieron a partir del advenimiento de la democracia: se universalizó la sanidad, la educación, pero la Justicia se quedó un poco al margen. Arrastramos un déficit de muchas décadas. Lo que ahora necesitamos es salvar esa diferencia, colocarnos al nivel por ejemplo de la Hacienda Pública, que todos sabemos que es una administración muy eficaz. Nos gustaría tener esos medios y ese personal.
«La Justicia quedó al margen de la modernización del país cuando llegó la democracia»
¿La solución es básicamente de dotación económica?
Y de organización modernizada. Hay previsiones de modernizar la Ley de Enjuiciamiento Criminal y una nueva Ley de Eficiencia Organizativa.
¿Está colapsada la Justicia en Balears? ¿Hay mucho retraso en la resolución de las causas?
Yo entiendo que la gente que acude a un juzgado y ve lo que tarda su sentencia se sienta frustrada, pero el retraso nuestro es algo inferior a la media española. Lo cual no quita que haya lugares puntuales donde el retraso es exagerado, pero no puede hablarse de colapso en Balears.
¿Cómo ha afectado la crisis del coronavirus?
Ha acentuado debilidades que ya existían. Ha habido dos meses y medio de suspensión de plazos: los plazos se suspenden, pero los conflictos no se eliminan. Estamos intentando digerirlo y en las próximas semanas recuperaremos el nivel de actividad previo a la covid.
«Necesitamos un gran edificio que albergue la Audiencia Provincial y los juzgados de lo penal»
¿Cuáles van a ser las jurisdicciones más afectadas por esta crisis?
La mercantil, por los concursos de acreedores de empresas y personas físicas, y la social, por los contratos laborales y los ERTE.
En esas jurisdicciones se acaban de crear dos juzgados pero no hay sitio para ellos. Hay una falta de espacio evidente en Balears. ¿Qué medidas hay que adoptar?
Necesitamos un gran edificio que albergase la Audiencia Provincial y los juzgados de lo penal. Eso descongestionaría Vía Alemania y, en parte, sa Gerreria, porque por ejemplo los juzgados de menores también podrían ir al nuevo edificio. En Manacor la situación es delicada, necesitamos urgentemente un edificio.
¿Cree que sería viable crear en Palma una Ciudad de la Justicia que concentre todos los órganos judiciales?
Es una idea que no me gusta. Hay que aprovechar muchos edificios que existen en el centro de la ciudad y hay que facilitar el acceso del público a ellos. Hoy en día, con la digitalización pueden estar muy bien conectados y ser igual de eficaces. Eso nos permite abandonar la idea de meterlo todo en el mismo sitio. Además, la permanencia de actividad favorece que no se mueran los cascos urbanos.
«El sistema no favorece que se aporten recursos a la Justicia porque no da rédito electoral»
A pesar de las carencias, en su presentación ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) dijo que la Justicia en Balears funciona «bastante bien».
Sí, el retraso es menor que en el resto de España y hay órganos que funcionan con mucha rapidez.
Si tuviera la capacidad de crear ahora mismo tres nuevos juzgados, ¿cuáles serían?
Dos más de lo contencioso y otro de violencia sobre la mujer en Palma.
Respecto a la violencia machista, en los últimos años se han aprobado leyes, se han creado juzgados específicos, pero decenas de mujeres son asesinadas cada año en España. ¿Falla algo en la respuesta judicial?
Cuando los problemas son complejos, las causas de que pervivan también son complejas. Algo de responsabilidad tendrá el sistema judicial, porque todavía no hemos adecuado bien la respuesta a ese problema. Pero también creo que hay responsabilidad en el sistema educativo, en la publicidad que sigue tratando a la mujer como un objeto, la difusión de modelos de relación sexual a través de la pornografía que cosifican a la mujer... Es multifactorial. Hay que ser conscientes de los prejuicios que los hombres, también los jueces, tenemos por el solo hecho de ser hombres y superarlos.
En su presentación ante el CGPJ hablaba también de la necesidad de renovar los juzgados de instrucción de Palma y de un clima de trabajo «alterado» por las causas abiertas a los jueces Florit y Penalva. ¿A qué se refería exactamente?
Todo el mundo sabe que ha habido casos, sobre los que no me pronunciaré porque he intervenido directamente en ellos, que han afectado a los juzgados de instrucción. Los juzgados de instrucción de Palma han tenido unos años muy difíciles, con temas de una profundidad social y económica muy importante y eso ofrece serias dificultades. Además, con un contexto institucional que no clarifica el papel del juez de instrucción, que investiga y al mismo tiempo tiene que garantizar los derechos que están en juego y eso es una cuestión muy difícil.
«Nadie va a influir en un juez intentando que absuelva o condene. Somos independientes»
¿Cree que falta voluntad política para dotar a la Justicia de medios?
El sistema no favorece que haya un esfuerzo de aportación de recursos a la Justicia. Porque eso no da un rédito electoral inmediato. Una buena sanidad y una buena educación beneficia a todos, pero una buena administración de Justicia no beneficia necesariamente a todos, porque quien acude a los tribunales es porque tiene un conflicto. Eso inhibe la voluntad de hacer inversiones. Todo lo que sea invertir en democracia y en que funcionen bien las instituciones, a la larga significa reforzar nuestra convivencia.
Como se está viendo con la renovación del Consejo General del Poder Judicial, la Justicia se convierte a menudo en un arma política.
Los jueces españoles sí son independientes, me gusta recalcarlo. Nadie va a influir en un juez intentando que absuelva o condene. No es un privilegio de los jueces, es un derecho de los ciudadanos. La independencia de los órganos de gobierno, como el CGPJ, no está resuelta ni garantizada en ningún lugar del mundo. En Estados Unidos, el presidente acaba de elegir directamente a una magistrada del Tribunal Supremo, pero los jueces norteamericanos son individualmente independientes, como lo somos los españoles, con independencia de quien nos gobierne.
¿Sería positivo que Balears asumiera las competencias de Justicia?
Yo lo vería positivo si estuviera bien dotada, que siempre es el problema. Si no, creo que no vale la pena.
