«La situación es preocupante y grave». Francina Armengol no descartó ayer que el próximo lunes el Consell de Govern decida pasar a Mallorca de la fase 3 a la 4, lo que implicaría nuevas y severas restricciones en Navidad. «Vemos que Eivissa y Formentera evolucionan bien. Que Menorca ha empeorado y que Mallorca ha empeorado mucho. Por eso mismo esta semana hemos tomado medidas agravadas al nivel 3 como adelantar el toque de queda a las diez de la noche y cerrar el interior de los locales en algunos municipios. La situación no está bien en Mallorca. Veremos qué propuestas hace el equipo técnico de Salud», indicó la presidenta.

«Si las cosas van mal, se tendrán que reducir algunas actividades», añadió, sin ofrecer más detalles, durante una comparecencia en la que anunció un acuerdo con el Gobierno español y el de Canarias para exigir pruebas PCR negativas de covid a los turistas nacionales.

«El lunes valoraremos la incidencia acumulada de contagios y otros factores como la ocupación de los hospitales. A partir de ahí, el comité asesor ubicará a cada isla en una fase», explicó la presidenta del Ejecutivo.

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La isla es el territorio del Estado en el que más suben los contagios, en un momento en el que descienden en la mayoría de autonomías. «Mallorca ha pasado en muy poco tiempo de 222 casos por cien mil habitantes a 276. Estamos lejos de los 574 de agosto, pero estamos subiendo muy rápidamente», recordó Armengol.

La presidenta reiteró que esta «no va a ser una Navidad normal», e indicó que al Govern «no le temblará el pulso» para «proteger a los más vulnerables ante la pandemia».