La cuenta atrás para la salida definitiva del Reino Unido de la Unión Europea apenas deja cuatro semanas a la vista, mientras se sigue negociando el Acuerdo de Retirada. Desde el 1 de enero los británicos serán ciudadanos de terceros países y el Gobierno de Boris Johnson aprieta motores para que los expatriados no pierdan sus derechos. Age in Spain, una organización nacida en la isla, tiende una mano a los angloparlantes mayores y más vulnerables.

Los datos oficiales señalan que hay alrededor de 29.500 británicos con residencia en Baleares, pero se calcula que los que viven aquí –en la tercera provincia en el Estado Español con más población de esa nacionalidad–, son unos 60.000.

El problema más acuciante ahora mismo es regularizar su residencia, explica Giuseppe Monti, coordinador en Baleares de Age in Spain. La organización financiada por el Gobierno del Reino Unido cuenta con un call center con voluntarios «que ayuda a británicos y angloparlantes, sobre todo personas mayores y vulnerables» con discapacidad, que tienen problema de movilidad o que viven en zonas remotas. Otros trámites comunes son los relacionados con la tramitación de canjes de carnés de conducir e intermediación para acceder al sistema de salud.

Aunque parezca increíble «hay británicos que llevan más de treinta años viviendo aquí, no hablan español y no tienen residencia», cuenta Monti.

La mayoría de las personas a las que atienden demandan ayuda con el idioma, por eso en su web Age in Spain facilita documentación traducida al inglés. «El 95 % de los atendidos no hablan español y tienen problemas para rellenar los formularios». «Otros no tienen un ordenador para solicitar la cita» en la Oficina de Extranjería, comenta Monti. También echan una mano cuando la situación financiera de los expatriados es complicada y hacen labores de mediación con otras organizaciones.

La crisis ha dejado sin trabajo a autónomos que nunca legalizaron su estancia y ahora no pueden demostrar el arraigo

Y, por supuesto, ese gran enemigo de estos tiempos, la soledad, es otro de los flancos que combate Age in Spain. Cuando se está solo e una edad avanzada es crucial poder mantener la independencia, y para eso esta organización es un salvavidas.

«Apoyar a los ciudadanos del Reino Unido es nuestra máxima prioridad y la asistencia disponible a través del Fondo de Apoyo a los Nacionales del Reino Unido se basa en la ayuda que ya brindamos a través de nuestros consulados en Palma y Eivissa», explica el cónsul británico Lloyd Milen. «Estamos encantados de que Age in Spain pueda ayudar a los ciudadanos británicos más vulnerables en las Balears a obtener el apoyo que necesitan para proteger sus derechos de residencia y seguir disfrutando de sus vidas aquí en España».

Age in Spain está muy ligada a la isla, fue aquí donde nació la entidad. En la década de 1980, su fundadora, Judy Arnold-Boakes, junto a su esposo Jim formaron la primera organización de bienestar para personas de habla inglesa en España desde su casa en Mallorca. El matrimonio, después de mudarse a la isla, había descubierto que, «la vida bajo el sol no siempre era fácil», señalan en su web. La barrera del idioma, la pérdida de la pareja o un cambio inesperado podía dejar a personas aisladas y vulnerables lejos de su país. Y vivir con una pensión mientras el coste de la vida sube a veces es complicado. Por ello fundaron Oasis (Overseas Assistance and Support in Spain), que en 2016 después pasó a llamarse Age in Spain.

Encuentros en Portals Nous

Cada viernes, hasta el día 18, Giuseppe Monti y otros voluntarios acuden al supermercado británico Nice Price, en Portals Nous, para dar información de viva voz.

Age in Spain opera principalmente en España en Balears, Cataluña y Canarias, donde hay 19.000 personas suscritas a su boletín. La mayor parte de las consultas en el archipiélago las reciben de Mallorca y el principal problema es la falta de citas en Extranjería, apunta Monti, a pesar de que se ha establecido un servicio específico para atender a los británicos, con más de sesenta citas de atención diarias.

«He contactado a todos los alcaldes para difundir la voz y poner carteles, no todos nos han ayudado», dice Monti. La pandemia lo ha complicado todo, también la labor de Age in Spain.

Los más jóvenes también necesitan ayuda. La crisis les ha dejado sin trabajo, «autónomos que nunca pidieron la residencia, ahora están sin ingresos y que no pueden demostrar el tiempo que llevan en las islas». Son muchos más de los que nos han contactado», señala Monti. «¿Qué culpa tienen del Brexit?», interpela.

El tiempo se agota y muchos británicos quieren seguir viviendo en las islas.