La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) denuncia que, en este curso de crisis y "pese a las buenas intenciones de la conselleria de Educación", las becas de comedor no han llegado a miles de alumnos que las necesitan.

Este año, según informó Educación la semana pasada, las ayudas de comedor han beneficiado a 5.973 estudiantes, 265 menos que el año pasado. El número de beneficiarios ha bajado pese a que se había previsto un récord de inversión para estas becas: siete millones. Finalmente, 2,7 millones han quedado sin gastar y las ayudas han llegado a menos alumnos. Educación ha recibido menos solicitudes que el curso anterior y además se ha reducido el número de usuarios de este servicio (funcionan diez comedores menos que el curso 2019-20), algo que el conseller March achaca al "miedo" al contagio de algunas familias y a la situación económica y laboral de otras que, al estar desocupadas debido al parón generado por la pandemia, han optado por dar de comer sus hijos en casa.

La FAPA ha rechazado estos dos argumentos y sostiene que más que una decisión libre de las familias, el número de usuarios y beneficiarios ha descendido en primer lugar porque la convocatoria se ha publicado con el curso iniciado (el 6 de octubre, cuando el año pasado salió el 1 de junio): "Eso ha hecho que muchas no contasen con esta ayuda desde el principio", razona la agrupación de APAs en un comunicado de prensa. El segundo motivo que la federación ve tras el descenso de beneficiarios es que "en una situación de grave crisis, estas ayudas cubren como máximo el 50% del coste real del comedor, ya que no se incluye el coste de los monitores". La entidad ha reconocido el esfuerzo de Educación, que ha subido la cuantía máxima de las ayudas hasta los 880 euros, pero así como la Conselleria asegura que esa cantidad cubre el 80% del coste del servicio, la federación replica que en realidad cubre solo la mitad: "Un curso completo de comedor puede tener un coste medio de 1.600 euros y la ayuda máxima es de 880 euros: para muchas familias, en la situación actual, esta diferencia es suficiente para descartar el uso del comedor".

Este año, a diferencia de otros, las ayudas han sido concedidas a todos los alumnos que cumplían los requisitos (esta convocatoria por la pandemia y la situación de crisis derivada incluyó nuevos criterios, como por ejemplo que en el hogar entrase como ingreso único una prestación por ERTE en el momento de hacer la solicitud). Pero las han pedido menos gente: en concreto, según los datos de FAPA, Educación ha recibido 2.705 solicitudes menos. El curso pasado, rememora la entidad, un total de 9.185 aspirantes cumplían los requisitos económicos, pero solo se pudieron otorgar ayudas a 6.238 estudiantes por falta de presupuesto. Al haberse incrementado el presupuesto "este curso todas ellas habrían tenido la ayuda de haber presentado la solicitud", señala la federación, que entiende que "su situación económicano ha mejorado significativamente" con lo que, concluye, "más de 3.200 alumnos este año no tienen ayuda de comedor a pesar de lo necesiten tanto como el curso pasado".

La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos exige que el dinero sobrante (2,7 millones) se dedique a lo que estaba reservado en un principio: ayudar a las familias a asumir el coste del servicio de comedor. Demanda que se articulen mecanismos para que "los comedores escolares puedan cumplir su función" y recuerdan que antes del estallido del coronavirus el riesgo de pobreza infantil ya superaba el 26%.

El PP ha solicitado que el dinero que ha sobrado se dedique a una nueva convocatoria de ayudas de comedor con criterios más flexibles, pero el conseller, Martí March, ya dijo la semana pasado que su idea es reservar este dinero que ha quedado sin gastar para ayudar a familias que los centros educativos detecten que presentan necesidades sobrevenidas. Se empezará a realizar este búsqueda y reparto de ayudas a partir de enero.