El Consell de Mallorca apoya al Govern en su negativa de flexibilizar el número de comensales (de seis a diez) el día 26 de diciembre, segunda fiesta de Navidad. Las dos máximas instituciones de Mallorca no quieren escuchar la controversia que se ha generado tras decidirse desde Madrid que se ampliaban los comensales para los días 24, 25, 31 de diciembre y el día 1 de enero. Sin embargo, se dejaba fuera el día 26, una jornada de reunión familiar muy arraigada en Mallorca y el resto de islas. Mientras que en la mayoría de comunidades autónomas la tradición es la cena del día 24, Nochebuena.

La polémica generada en redes sociales y en la calle ha sido importante y destacados dirigentes y exdirigentes de Més criticaron al Govern por no haber defendido la tradición mallorquina de la segunda fiesta de Navidad para incrementar comensales. Este es el caso del exvicepresidente del Govern Biel Barceló.

La presidenta del Consell, Catalina Cladera, salió ayer al paso de la polémica pidiendo «prudencia y que se extremen las medidas de seguridad para evitar contagios y que la pandemia repunte». Cladera recordó que «si el Consejo Territorial de Salud acordó flexibilizar estos cuatro días, bienvenidos sean, ya que ahora lo que nos ocupa es primero la salud y después poder abrir la temporada turística» y recuperar la economía. Sobre la tradición arraigada de Mallorca, Cladera recordó que en «mi familia nos reunimos el día 24 y no el 26».

Sin embargo, el alcalde de Deià y destacado miembro de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, decidió escribir una carta a la presidenta del Govern, Francina Armengol, expresando su «preocupación» y la de todo su consistorio por la «tradicional comida de la llamada segunda fiesta de Navidad». Apesteguia le recuerda a Armengol que la comida del día 26 «forma parte de la más íntima tradición mallorquina» y añade que sería mucho menos doloroso para los mallorquines «renunciar a la cena del día 24 y solo permitir seis comensales y ampliar a 10 invitados en la comida del día 26». La misiva del alcalde de Deià a la presidenta del Govern también apunta que «obviar la importancia del día 26 de diciembre en las tradiciones isleñas sería desvirtuar la Navidad mallorquina».

Otro dirigente destacado de Més per Mallorca, el exvicepresidente del Govern en la pasada legislatura, Biel Barceló, también dejó clara su postura a favor de flexibilizar los comensales el día 26 de diciembre: «No incluir la segunda fiesta de Navidad (en las comidas de 10 comensales) es no conocer las tradiciones mallorquinas».

Unos Reyes Magos atípicos

El Govern no prevé que la festividad de los Reyes Magos, el día 6 de enero, se aumente el número de personas que se pueden reunir, limitado a seis. La presidenta del Ejecutivo Autonómico, Francina Armengol, explicó ayer que las excepciones, que aumentan este número de personas a diez, solo se podrán realizar los días de Nochebuena, Navidad y Nochevieja. «La situación no es buena y el virus no distingue días festivos de días normales. No vamos a dar ningún mensaje de relajación», y recordó que en las islas ya han muerto más de 400 personas a consecuencia de la pandemia del coronavirus».

Armengol reiteró ayer casi las mismas palabras que el pasado jueves cuando fue consultada por esta polémica. La jefa del Ejecutivo señaló ayer que este año van a ser unas navidades distintas y abogó para que los ciudadanos limiten sus encuentros. Dijo que su Govern apostaba por unas medidas mucho más restrictivas de las que finalmente se aprobaron en el Consejo Territorial de Salud. En este sentido, relató que había comunidades autónomas que apostaban por elevar a más de diez el número de personas que se podían reunir, y alargar la hora de toque de queda, que finalmente se ha fijado hasta la 1:30 horas los días 24 y 31 de diciembre. «Que nadie se relaje», insistió, ya que si no se cumplen estas medidas sanitarias existe el peligro de que «las personas que más queremos puedan enfermar».