Rafel Socias i Company, poeta, ingeniero agrónomo y sobre todo un referente mundial en almendros, falleció ayer de un cáncer a los 74 años.

El experto ha ejercido hasta el último momento como investigador ad honorem del Centro de Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). Sus compañeros lamentaron ayer la muerte del «alma del almendro», como así le describieron. «El respeto, carácter y manera de ser le convirtieron en una voz para tener siempre en cuenta» en el sector de la investigación agroalimentaria», expresaron.

Ingeniero agrónomo de profesión, Socias dio nombre a nuevas variedades autofértiles, algunas con una complicidad familiar y cultural: Soleta, Belona y Mardía -en homenaje a sus tres hijas Soledad, Isabel y María, o Blanquerna y Vialfàs, en recuerdo de Ramon Llull y su pueblo natal -sa Pobla- respectivamente. En 2017 editó el libro Almonds. Botany, production and uses, editada conjuntamente con otro experto internacional, Thomas M. Gradziel. Ambos se conocieron en la Universidad de California, donde el pobler obtuvo la titulación de Master of science.

Además, Socias ha destacado por su faceta poética y su incursión en la prosa, de hecho hace escasos quince días se presentó en sa Pobla La Nina de Miramar, una novela breve en la que el poeta adentra al lector en la Mallorca de las possessions y su sociedad clasista, tomando como base la compra de la finca del Arxiduc a la familia de can Verdal. La presentación de la obra tuvo lugar precisamente en el patio de can Verdal, y supuso también un auténtico y sentido homenaje a su autor, que no pudo estar presente por razones de salud.

Aunque ha residido prácticamente toda su vida en Zaragoza, Rafel Socias nunca abandonó sus raíces. En su vertiente literaria, el pobler es conocido por haber ganado el Ciutat de Palma de Poesía en 1968 con Camina, caminaràs. Cuatro años más tarde se hizo con el Ciutat de Manacor con Parla, Narcís.