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Cumbre hispanoitaliana | Stracciatella y ‘porc negre’ para la comitiva

Un menú mallorquín con guiño italiano y una protesta de empleados públicos temporales acompañan al encuentro de Sánchez y Conte

Así empieza la cumbre entre España e Italia en el Palacio de la Amudaina

Así empieza la cumbre entre España e Italia en el Palacio de la Amudaina La Moncloa / EP

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Así empieza la cumbre entre España e Italia en el Palacio de la Amudaina Myriam B. Moneo

Si no llega a ser por la presencia policial, la cumbre bilateral en La Almudaina liderada por el presidente Pedro Sánchez y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, hubiera pasado desapercibida para los palmesanos. El corte de la calle Palau Reial, blindada para el paso de las comitivas y durante la celebración del encuentro celebrado en el Palacio de La Almudaina, apenas causó contratiempos.

Tampoco el descontento general en este otoño de crisis fue aprovechado para inundar de protestas los alrededores de La Almudaina. Nada más un grupúsculo de empleados públicos temporales esperaron el paso de las comitivas para denunciar «un fraude de ley» en España que incumple una directiva europea.

Entre los manifestantes, más mujeres que hombres. Y es que la mayoría de las 800.000 personas en esa situación en la Administración Pública son mujeres, entre 45 y 55 años en la actualidad. Los representantes de la Coordinadora de Empleados Temporales de les Illes Balears no tuvieron que pedir permiso para su protesta, solo eran seis, cumplían con las limitaciones de reunión en tiempos de covid.

Siguiendo la tónica de la isla de la calma en la que nunca pasa nada, los policías nacionales ni siquiera identificaron a los periodistas que accedieron a la zona acordonada, ni echaron un ojo a sus bolsos. Ni las Fuerzas de Seguridad dudan de que Mallorca es un destino seguro.

Pedro Sánchez y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, durante su visita a la Catedral.

Al descontento se sumó el de una vecina de la calle Palau Reial que colocó dos pancartas en su balcón, una para reclamar al Gobierno su dimisión y otra que decía: “Ladrones asesinos, queremos democracia”. Cuando ya había iniciado la cumbre, la misma ciudadana añadió a sus ventanas dos banderas de España. En una de las enseñas escribió “Viva el rey” y en la otra un garabato en el que parecía querer decir “Unidad”.

Stracciatella y ‘porc negre’ para la comitiva

De unidad fue el menú que diseñó el chef Andreu Genestra, gastronomía mallorquina con guiños a la italiana en honor de los invitados a la XIX cumbre bilateral. El cocinero compartió en Twitter su alegría por «poner nuestro granito de arena en este importante encuentro», escribió en un mensaje a través de su cuenta.

Armengol, entre otras autoridades con los mandatarios.

Genestra aprovechó para dar las gracias a La Moncloa por la confianza en su cuchara. El menú que degustaron los mandatarios, los 19 ministros que les acompañaron y el resto de los miembros de las delegaciones consistió en tartar de gambas con jamón Joselito, canelón de faraona, seta e higos, brioche de sobrassada, ensaimada de stracciatella ahumada de atún Balfegó, coca de pimientos, alcachofas, albahaca y trufa, llampuga marinada con crema de caqui, croqueta de porc negre y escabeche vegetal, arancini de arròs brut, mousse de algarroba y albaricoque y cannoli de algarroba e higos con crema de almendra.

Stracciatella y ‘porc negre’ para la comitiva

En el capítulo de las bebidas el chef propietario del restaurante Andreu Genestra de Capdepera y de Aromata, en Palma, incluyó cerveza Rosa Blanca y vino Genestral blanco, rosado y tinto.

Entre acuerdo y acuerdo, Sánchez y Conte se acercaron a visitar la Catedral. Hubiera sido pecado no hacerlo teniéndola ahí al lado y toda para ellos.

Stracciatella y ‘porc negre’ para la comitiva

La cumbre también dio de sí en Twitter por las meteduras de pata de la ministra Arancha González Laya en un tuit en el que anunciaba la cumbre: no acertó con la bandera de Italia (la confundió con la mexicana), le afearon que le sobraba un signo de admiración en su bon dia y que se refiriera a la capital como Palma de Mallorca. La titular de Exteriores se tomó con humor las críticas de los tuiteros y se excusó: «Decididamente la noche ha sido corta y se nota, disculpas, repito».

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