Un hombre ha sido condenado a nueve meses de prisión por enviar una solicitud de amistad y un emoticono a su expareja en la red social Instagram pese a tener una orden de alejamiento en vigor. El acusado también siguió a la víctima en un portal de compraventa de productos y le envió un mensaje alegando que se había equivocado al contactar con ella. El acusado alegó que habían suplantado su identidad en una de las redes sociales y que en las otras cometió un error porque no sabía utilizar su nuevo teléfono móvil, pero la jueza no da credibilidad a esta versión y le condena por un delito continuado de quebrantamiento de condena. La Audiencia Provincial ha ratificado la sentencia.

El procesado fue condenado en julio de 2018 por un juzgado de violencia sobre la mujer por un caso de malos tratos. Aquella sentencia, entre otras penas, le impuso la prohibición de acercarse a su excompañera y comunicarse con ella durante tres años.

El junio de 2019, cuando la medida estaba todavía en vigor, el hombre siguió el perfil de la víctima en un portal de compraventa. En octubre, a través de Instagram, le envió un emoticono. Luego se disculpó, asegurando que no sabía como se había enviado, pero horas después le mandó una solicitud de amistad.

Un juzgado de lo penal de Palma declaró al hombre autor de un delito continuado de quebrantamiento de condena y le impuso nueve meses de prisión.

El acusado recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial. El hombre alegó que no había tenido intención de contactar con su expareja con diversos argumentos. Por un lado, afirmó que los contactos en Instagram se debieron a que había cambiado de teléfono móvil, de un iPhone a un Android, cuyos sistemas operativos son diferentes y no sabía manejar bien, lo que le llevó a enviar el emoticono y la solicitud de amistad cuando en realidad lo que pretendía era bloquear a su expareja. Por otro lado, aseguró que en el portal de compraventa de productos alguien había suplantado su identidad, creando un perfil con su fotografía real y contactando con la mujer para perjudicarle.

Los magistrados de la sección primera de la Audiencia Provincial han rechazado sus argumentos y confirmado la condena. Los jueces no dan credibilidad a su versión y recuerdan que en el juicio declaró que cuando ocurrieron los hechos utilizaba de nuevo un iPhone porque el Android se le había caído al mar, lo que echa por tierra su alegación de que no estaba familiarizado con ese sistema operativo.