La pandemia ha pasado una elevada factura a los más vulnerables, castigando con especial dureza a la población dependiente. Balears ha registrado entre marzo y septiembre un millar de muertes más de lo normal entre quienes estaban en lista de espera para ser evaluados (495 personas) y quienes ya estaban reconocidos y recibían algún tipo de prestación pública (538). En su gran mayoría personas de avanzada edad y con diversas patologías, los más expuestos a la circulación del virus y también a los fallos de un sistema asistencial superado -o directamente clausurado- por la pandemia.

Son datos de un exhaustivo informe elaborado por el Imserso y el Ministerio de Derechos Sociales y que aportan una radiografía del impacto que la pandemia ha tenido en la estructura de atención a la dependencia en todo el Estado. Con cálculos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo), el informe distingue entre el número de muertes observadas desde el confinamiento de marzo y el de muertes esperadas, las que deberían haberse producido en un contexto normal. El conjunto del Estado arroja un exceso de más de 40.000 defunciones, un 36% más de lo esperado.

La pandemia dispara las muertes de personas dependientes en las islas

Mortalidad observada y esperada

Balears ha sumado desde marzo 2.510 personas fallecidas que habían solicitado recibir ayudas a la dependencia. Es un incremento del 24% con respecto a otros años porque, señala MoMo, el número de defunciones esperadas para ese periodo era de 2.029. La subida es todavía mayor si se atiende a las personas que ya tenían reconocida su dependencia: 1.863 muertes observadas frente a las 1.340 que MoMo habría estimado como normales, un 40% más.

«Las cifras son anormalmente altas porque durante marzo, abril y mayo no se hicieron valoraciones de grado de dependencia porque todo estaba paralizado y la idea que teníamos de hacerlas por teléfono no funcionó. En junio la situación empezó a remontar, pero hay que tener en cuenta que hubo gente que no se atrevió a ser valorada porque tenían miedo de salir», explicó a este diario Fina Santiago, consellera de Asuntos Sociales del Govern.

La pandemia dispara las muertes de personas dependientes en las islas

El informe atribuye este exceso de mortalidad a «diversas causas y no necesariamente de forma directa a la covid». Los fallecidos pudieron haber sido víctimas de contagios que no superaron, o bien de un contexto de pandemia que mermó el sistema de atención sanitaria, dejándoles más desprotegidos. En todo caso, MoMo no considera que estos incrementos sean casuales. «Es evidente que hay que contemplar la correlación entre el ataque sufrido por la covid en la oleada marzo-septiembre por territorios y las mortalidades observadas y sus excesos», reza el documento.

En el caso de quienes han muerto estando en lista de espera, Santiago recordó que «el 30% de los solicitantes no reúnen los requisitos para ser reconocidos», por lo que no todos son dependientes.

Debajo de la media nacional

Las cifras del informe sitúan a Balears ligeramente por debajo de la media nacional. Han muerto 77 de cada 1.000 solicitantes de ayudas -la media estatal se sitúa en 79,8-. Por su parte, los fallecidos que ya eran beneficiarios de alguna prestación ascienden a 82,8 de cada mil en el archipiélago, cifra inferior a las 94 defunciones por mil que registra de media el conjunto del país.

MoMo establece en el archipiélago una línea de defunciones más o menos estable que arrancó con fuerza en marzo, se aplanó durante la tregua de verano y se empinó abruptamente en septiembre, cuando Balears vivió el peor momento de la segunda ola. De hecho, la mortalidad entre los solicitantes se disparó un 57% durante aquel mes, el segundo mayor incremento de todo el Estado. Fue todavía más llamativa la subida de fallecidos ya reconocidos con una dependencia, un 80,6%. Son, en ambos casos, porcentajes de mortalidad netamente superiores a los registrados en marzo, cuando la pandemia derribó la puerta.

Residencia o domicilio

Para incidir en lo problemático que fue septiembre en el archipiélago, MoMo también distingue las muertes en función del lugar en el que se produjeron. El informe pone de manifiesto un exceso de 181 muertes de dependientes en residencias (fallecieron un total desde marzo), pero lo más llamativo es que se dispararon en septiembre, cuando se registró un 148% de incremento.

El informe también detecta un exceso de fallecidos en su casa mientras recibían atención domiciliaria: 357.

Finalmente, el informe propone estimar el exceso de mortalidad contabilizando prestaciones y no personas -teniendo en cuenta que un solo beneficiario puede recibir una o varias prestaciones-. En este sentido, MoMo contabiliza en las islas 2.733 prestaciones de personas fallecidas, 1.157 más de lo esperado.